Ieng Sary, el jefe de la diplomacia del Jemer Rojo que enmascaró el genocidio

  • El ministro de Asuntos Exteriores del régimen del Jemer Rojo, Ieng Sary, murió hoy a los 87 años de edad en un hospital de Phnom Penh, cuando era juzgado por genocidio y otros delitos en un tribunal internacional auspiciado por la ONU.

Bangkok, 14 mar.- El ministro de Asuntos Exteriores del régimen del Jemer Rojo, Ieng Sary, murió hoy a los 87 años de edad en un hospital de Phnom Penh, cuando era juzgado por genocidio y otros delitos en un tribunal internacional auspiciado por la ONU.

Ieng Sary, que a su vez desempeñó el cargo de viceprimer ministro entre 1975 y 1978, nació a finales de la década de los 20 del siglo pasado en la provincia de Tra Vinh, en el sur de Vietnam.

Conoció a Pol Pot, el máximo dirigente del Jemer Rojo, cuando ambos estudiaban en el Liceo Sisowath de Phnom Penh, la capital de Camboya.

Al igual que Pol Pot, recibió una beca gubernamental para estudiar en Francia, adonde llegó en 1950 y allí se impregnó de las ideas comunistas y se formó políticamente.

Durante su estancia en París, conoció a la camboyana que se convirtió en su esposa, Ieng Thirith, hermana de Khieu Ponnary, la primera mujer de Pol Pot.

A su regreso a Phnom Penh, a mediados de la década de los 50, Ieng Sary comenzó a trabajar como profesor y a colaborar con el movimiento revolucionario clandestino.

En septiembre de 1960, participó en la reunión secreta de la que nació el Partido Comunista de Camboya (PCC), y en la que fue elegido miembro del comité central.

Tres años después, huyó junto a Pol Pot de Phnom Penh para eludir la detención ordenada por las autoridades a raíz de la publicación de una lista con los nombres de camboyanos acusado de conspirar contra el Estado.

Sus actividades con Pol Pot en la jungla del este de Camboya los años siguientes son desconocidas, aunque existen señales de que se encargó de las relaciones de la organización con los partidos comunistas de China y de Vietnam.

En agosto de 1971, el régimen chino anunció la presencia de Ieng Sary en Pekín en calidad de enviado especial de las fuerzas del Jemer Rojo y, a partir de entonces, empezó a acompañar a actos políticos de ámbito internacional al exiliado monarca camboyano Norodom Sihanuk.

Hombre de gustos refinados, fumador de puros y bebedor de brandy, Ieng Sary estuvo al frente del Ministerio de Asuntos Exteriores mientras duró el brutal régimen impuesto por el Jemer Rojo, desde abril de 1975 a enero de 1979.

Antes de que las tropas vietnamitas entraran en Phnom Penh, Ieng Sary escapó en tren y se refugió temporalmente en la vecina Tailandia, desde donde posteriormente viajó a Pekín y desde allí visitó en ocasiones Nueva York para representar en Naciones Unidas al Gobierno de Kampuchea Democrática, o del Jemer Rojo.

Después de la formación en 1982 del tripartito denominado Gobierno de Coalición de Kampuchea Democrática, Ieng Sary cedió la cartera de Exteriores a Khieu Samphan, otro de los dirigentes del Jemer Rojo juzgado en el tribunal internacional formado en Camboya.

Durante esos años, y como otros jefes del grupo radical, residió en Pailin, una región del oeste de Camboya tapizada por una densa jungla, rica en yacimientos de rubíes y zafiros y colindante con Tailandia, país cuyos gobiernos protegieron al Jemer Rojo.

En agosto de 1996, desertó con las tropas a su mando y se unió al Gobierno a cambio de una amnistía que firmó Sihanuk, entonces de nuevo rey de Camboya, y que solicitó el primer ministro del país, Hun Sen, quien unos años antes exigía el cumplimiento de la pena de muerte a la que fue condenado en rebeldía durante los juicios celebrados en 1979.

La deserción de Ieng Sary y sus fuerzas, que estaban consideradas las de mayor capacidad militar, inició la desintegración del Jemer Rojo, que se precipitó con la muerte de Pol Pot en 1998.

En noviembre de 1997, Ieng Sary regresó a Phnom Penh y se instaló en una casa en la que residía entre frecuentes visitas a Pailin, donde su hijo Ieng Veth se encarga de la gestión de casinos y otros prósperos negocios.

En 2007, fue detenido junto a su esposa, quien fuera ministra de Asuntos Sociales, por un tribunal internacional acusados de genocidio, crímenes contra la humanidad y otros delitos.

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