Instan a Tailandia a cancelar plan para enviar presidiarios a barcos de pesca

  • La organización Human Rights Watch (HRW) instó hoy al Gobierno de Tailandia a cancelar el plan que pretende enrolar prisioneros comunes de las cárceles tailandesas en barcos de pesca, con el objetivo de mitigar el tráfico humano en el sector pesquero.

Bangkok, 11 dic.- La organización Human Rights Watch (HRW) instó hoy al Gobierno de Tailandia a cancelar el plan que pretende enrolar prisioneros comunes de las cárceles tailandesas en barcos de pesca, con el objetivo de mitigar el tráfico humano en el sector pesquero.

176 presos con condenas que rondan el año de prisión comenzarán a trabajar en las próximas semanas en botes a lo largo de la provincia de Samut Sakhon, al suroeste de Bangkok, según informó el ministro tailandés de Trabajo, Surasak Kanchanrat, la semana pasada.

Según los datos oficiales hasta 2.830 reos podrían optar por esta forma para cumplir parte de su condena.

Varios activistas y organizaciones garantes de los derechos humanos han acusado a la industria pesquera tailandesa de abusar de sus trabajadores y acudir a las mafias que trafican con personas para forzar a los individuos a trabajar.

"Es una peligrosa irresponsabilidad por parte del ministerio de Trabajo urgir a los prisioneros a trabajar a bordo de la abusiva flota de pesca tailandesa (...) el ministerio no sabe ni siquiera cómo inspeccionar las embarcaciones y mucho menos prevenir los abusos por parte de la tripulación contra los presos", señaló en un comunicado Brad Adams, director de HRW en Asia.

La dureza de la labor y el escaso salario ha propiciado que los trabajadores locales hayan huido de la industria pesquera, que actualmente cuenta con un enorme déficit de mano de obra.

Trabajos forzados, abusos físicos y psicológicos, escasas raciones de comida, condiciones peligrosas y falta de servicios médicos son algunas de las denuncias contra la industria pesquera por las organizaciones que incluso, en algunos casos, hablan de ejecuciones extrajudiciales de tripulantes en alta mar.

Tailandia es el tercer exportador mundial de marisco y uno de los mayores abastecedores de los mercados europeos y estadounidense.

A mediados de año, el Departamento de Estado para Tráfico de Personas de Estados Unidos rebajó a Tailandia al nivel 3 en su lista de países que no hacen suficientes esfuerzos para lograr los estándares mínimos contra el tráfico de personas, aunque la dejó libre de sanciones.

Miles de inmigrantes ilegales, la mayoría procedentes de Birmania (Myanmar) y Camboya, son empleados en Tailandia en el procesado de pescado y marisco, u otros sectores como la construcción o la agricultura, donde a menudo están expuestos a abusos y explotación.

"Debido a las horribles condiciones de la flota pesquera tailandesa enviar prisioneros a los barcos podría suponer una sentencia de muerte", sentencia Adams.

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