Interceptado un cargamento de plátanos rellenos de cocaína


Una operación de la Policía Nacional y de la Agencia Tributaria ha permitido la incautación de 162 kilogramos de cocaína ocultos mediante un inédito procedimiento en el interior de plátanos de plástico. De hecho, las imitaciones, muy similares a las piezas reales, se encontraban disimuladas entre un cargamento de fruta auténtica.
En total, han sido detenidas cuatro personas, entre ellas el presunto líder de la organización, quien viajó personalmente a la selva colombiana para preparar el envío. Los plátanos reales y las piezas falsas que contenían el estupefaciente fueron enviadas desde Ecuador, vía marítima, con destino al Puerto de Algeciras.
La operación se inició a principios de 2010 tras localizar en la Costa del Sol a varios miembros de un grupo de narcotraficantes que traficaban con grandes partidas de cocaína en las localidades malagueñas de Benalmádena, Torremolinos, Fuengirola y Marbella.
Desde el principio de la investigación se estableció la vinculación de estas personas con dos empresarios de Madrid quienes, presuntamente, facilitaban la infraestructura necesaria para la introducción de la sustancia estupefaciente en nuestro país.
Los agentes relacionaron al principal responsable del grupo, asentado en Benalmádena, con ambos empresarios. Además, averiguaron que este individuo era el responsable de mantener los contactos directos con los carteles colombianos.
Los investigados remitieron al menos diez contenedores a modo de prueba cargados únicamente con mercancía legal. Gracias a las investigaciones de la Policía Nacional y la Agencia Tributaria se pudo averiguar que habían ultimado los detalles para efectuar un nuevo envío que, en esta ocasión, ocultaría una importante partida de droga.
Finalmente, el contenedor con el cargamento ilícito llegó al Puerto de Algeciras procedente de Guayaquil. En su interior, entre veinte toneladas de plátanos macho, se localizaron 162 kilos de cocaína que habían sido disimulados con un inédito sistema de ocultación.
Para tratar de burlar los controles policiales ante una eventual inspección, los narcotraficantes rellenaron plátanos de plástico con la sustancia estupefaciente y los distribuyeron entre las piezas de fruta auténticas en cajas de diferentes palés.

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