Kenia envía 700 policías más a Garissa, donde dos ataques dejaron 17 muertos

  • El Gobierno de Kenia anunció hoy el envío de 700 policías más a la localidad oriental keniana de Garissa, escenario el pasado domingo de dos ataques con granadas a iglesias locales que dejaron 17 muertos y unos 40 heridos.

Nairobi, 5 jul.- El Gobierno de Kenia anunció hoy el envío de 700 policías más a la localidad oriental keniana de Garissa, escenario el pasado domingo de dos ataques con granadas a iglesias locales que dejaron 17 muertos y unos 40 heridos.

La página web de la emisora local Capital FM informó hoy de que los efectivos policiales servirán para incrementar la seguridad en la zona, cercana a la vaporosa frontera con la volátil Somalia.

Yusuf Haji, ministro keniano de Defensa y también ministro en funciones de Seguridad Interna (tras la muerte, el mes pasado, del titular, George Saitoti), precisó que con los nuevos agentes desplazados a Garissa se intensificarán las patrullas en esa zona fronteriza.

También se pondrán en marcha, a partir de hoy, patrullas urbanas de vigilancia, que se coordinarán con los nuevos agentes desplazados a Garissa.

La milicia fundamentalista islámica somalí Al Shabab -que, según las autoridades kenianas, ha estado detrás de otros ataques similares en la zona- no se ha responsabilizado del ataque, aunque uno de sus líderes mostró su aprobación al mismo.

En los últimos meses, Kenia ha sufrido varios ataques terroristas tanto en Nairobi como en Mombasa, el norte y el este del país, que han causado una treintena de muertos y varias decenas más de heridos.

Desde que el pasado mes de octubre el Ejército de Kenia entró a Somalia en respuesta a una oleada de secuestros en suelo keniano -obra de Al Shabab, según el Ejecutivo de Nairobi-, el país africano se encuentra bajo amenaza terrorista.

Al Shabab, que controla zonas del centro y sur de Somalia, combate desde 2006 al Gobierno Federal de Transición somalí y a las fuerzas multinacionales de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM) para instaurar un Estado musulmán de corte wahabí en el país.

Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un gobierno medianamente efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.

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