La campaña electoral cierra en España pero las incógnitas siguen abiertas

  • La campaña para las legislativas en España acabó este viernes, tras un maratón del conservador Mariano Rajoy, que parte con una corta ventaja, para intentar frenar un auge de los partidos emergentes que podría costarle la reelección u obligarle a gobernar en minoría.

En una noche de invierno templada, miles de españoles se reunieron en plazas o locales de Madrid y Valencia, en el este del país, para asistir a los últimos mítines de los candidatos a jefe del gobierno.

"¡Quedan 48 horas para empezar una nueva etapa política en España!", lanzó a la multitud el líder del centrista Ciudadanos, Albert Rivera, desde un escenario colocado entre las terrazas de los bares de la madrileña plaza Santa Ana.

"Tras tanto años de crisis, con el paro y los desahucios, estábamos todos muy tristes, como anclados en el pasado y tiene que haber un cambio", decía a la AFP entre el público Inmaculada Angel, ama de casa de 54 años. La emergencia de nuevas formaciones "ha generado mucha ilusión", agregaba.

"¡No podemos aceptar esa España negra que pintan algunos, porque es mentira!", replicaba Rajoy desde un mitin de su formación, el conservador Partido Popular (PP).

Según los sondeos, la del jefe de gobierno saliente será la opción más votada, pero quedará en minoría, muy lejos de la comodísima mayoría absoluta (186) que disfrutaba desde finales de 2011. Con un escaso 30% de intenciones de voto, obtendría entorno a 130 diputados en un parlamento de 350.

Los demás deberían repartirse principalmente entre su rival tradicional, el socialista PSOE, y las dos formaciones emergentes, Ciudadanos y el antiliberal Podemos, que pisan los talones de los socialistas y amenazan incluso con superarlos.

Si se confirman los sondeos, el PP deberá por lo tanto buscar pactos de investidura o gobernar en minoría. Sin embargo, debido al alto porcentaje de indecisos, los resultados del domingo podrían dar sorpresas y abrir la puerta a una complicada aritmética parlamentaria.

Para los comicios de 2011 "ya se sabía un año antes lo que iba a pasar y ahora uno de cada cuatro electores aún no está decidido, a dos días de las elecciones", explica José Pablo Ferrándiz, responsable del instituto de sondeos Metroscopia.

"En el tramo final de campaña pueden remontar todos", coincidía Rajoy, manteniendo su inquebrantable flema pese al agotamiento de dos semanas en la carretera, recorriendo los cuatro rincones del país para llegar a 34,5 millones de electores.

Tras una legislatura marcada por impopulares políticas de austeridad, el mandatario, de 60 años basó su campaña en la recuperación económica.

El país conserva sin embargo un muy elevado desempleo de 21,18% y una creciente desigualdad entre ricos y pobres.

Esta situación, los recortes en servicios públicos y los escándalos de corrupción impulsaron el auge de Podemos, fundado a principios de 2014 y liderado por el politólogo Pablo Iglesias, de 37 años, que la campaña aupó en las intenciones de voto.

"Estamos viviendo algo histórico y estoy convencido de que el próximo domingo va a ser un día que vamos a recordar con el tiempo", lanzó Iglesias desde un acto electoral en el que respondió a las preguntas de los ciudadanos.

Esta proximidad con los electores caracterizó la campaña, que llevó a los candidatos a innumerables platós de televisión y sacó a Rajoy a las calles, contra su costumbre. Fue durante uno de estos paseos electorales, cuando recibió el miércoles un fuerte puñetazo en la cara, asestado por un muchacho de 17 años.

El jefe de gobierno intentó quitarle hierro al asunto y pidió que no se sacase provecho político de esta agresión. Pero lo cierto es que la campaña vivió otros momentos de gran tensión, como un debate televisivo bronco entre Rajoy y el líder socialista, Pedro Sánchez, de 43 años, cuyos ataques, excesivos para algunos, amenazan con dañar su imagen y costarle el liderazgo de la izquierda.

"Es probable que Podemos le pueda ganar al PSOE en número de votos", advierte Ferrándiz.

"Si miro a mi izquierda, Podemos está en el espacio" de los excomunistas, afirmó Sánchez en una entrevista intentado deslegitimar a Iglesias y asegurando que el voto al PSOE es el "único voto útil" para echar a Rajoy del poder.

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