La Fiscalía pide 29 años para Bolinaga por asesinar a un guardia civil en 1986

    • En un escrito remitido a la Audiencia Nacional, sostiene que fue Bolinaga el autor de un sesinato en el que también intervinieron sus dos compañeros del comando Bellotxa.

    • Solicita que los tres etarras indemnicen conjuntamente con 500.000 euros a los herederos del fallecido y con 200.000 a su hijo por las secuelas causadas.

Josu Uribetxebarría Bolinaga
Josu Uribetxebarría Bolinaga

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha pedido hoy 29 años de cárcel para el etarra Iosu Uribetxebarria Bolinaga, en libertad desde 2010, por el asesinato a tiros del cabo del guardia Civil Antonio Ramos, el 8 de junio de 1986 en la localidad guipuzcoana de Arrasate.

En un escrito remitido a la sección tercera de lo Penal de la Audiencia Nacional para el enjuiciamiento de estos hechos, la Fiscalía sostiene que fue Bolinaga el autor de los disparos que acabaron con la vida del guardia civil en un atentado en el que también intervinieron sus dos compañeros del comando Bellotxa -José Luis Erostegi y Javier Ugarte-, para los que pide asimismo que se les condene a 29 años de prisión a cada uno.

Además solicita que los tres etarras indemnicen conjuntamente con 500.000 euros a los herederos del fallecido y con 200.000 a su hijo por las secuelas causadas.

Para planificar el atentado contra el guardia civil Antonio Ramos, los tres terroristas identificaron primero el vehículo que usaba habitualmente y los lugares donde podía encontrarle.

Tras esas tareas de vigilancia, el 8 de junio de 1986 abordaron al guardia civil cuando se encontraba en el interior de su vehículo, marca Talbot Horizon, estacionado en el barrio de San Andrés de Mondragón, disparándole con dos pistolas, una de las cuales había sido utilizada para asesinar al guardia civil Mario Leal, el 6 de diciembre de 1986.¿Presiones?

Carmen Baena, la forense de la Audiencia Nacional que dictaminó en 2012 que el etarra no estaba terminal y podía ser tratado en prisión del cáncer que padece, asegura que sufrió presiones a consecuencia de su informe, aunque, por el momento, no quiere dar detalles.

En una entrevista con Efe con motivo de la publicación de su libro Intoxicados y Tóxicos, en el que relata en clave de humor su paso del Servicio de Información Toxicológica al Instituto de Medicina Legal de la Audiencia Nacional, Baena admitió haber sufrido una serie de presiones que le hicieron pensar que la decisión sobre la libertad condicional de Bolinaga estaba tomada de antemano.

Por ahora, y mientras siga trabajando en la Audiencia Nacional, entiende que no debe "ser muy explícita con todas las cuestiones que se desarrollaron alrededor", aunque no esconde que llegó a tener la sensación "de que era un caso especial en el que no interesaba mi dictamen, sino que mi dictamen fuera de una determinada manera".

Para Baena, la Audiencia Nacional es un tribunal "influenciado por muchas otras cuestiones que no son sólo la justicia" y "a veces la esencia de lo que debería ser la justicia se difumina".

"No debe ser noticia que un médico forense haga lo que se espera de él, ser fiel a sus conocimientos y al mundo científico en el que se desenvuelve", en definitiva, "informar de una manera desinteresada, que es lo que hice en este y otros casos".

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