La otra lucha de U Gambira, destacado monje birmano de la revolución azafrán

  • U Gambira, uno de los monjes más destacados de la revolución azafrán, batalla contra el trauma que le han creado los frecuentes castigos físicos y psicológicos a los que fue sometido durante los más de 4 años que vivió confinado en las cárceles de Birmania (Myanmar).

Noel Caballero

Naypiydaw, 20 nov.- U Gambira, uno de los monjes más destacados de la revolución azafrán, batalla contra el trauma que le han creado los frecuentes castigos físicos y psicológicos a los que fue sometido durante los más de 4 años que vivió confinado en las cárceles de Birmania (Myanmar).

Tras colgar el hábito y abandonar su país, U Gambira, cuyo nombre real es Nyi Nyi Lwin, ingresó en un centro clínico de la ciudad tailandesa de Chiang Mai, donde desde mediados de año recibe tratamiento por un trastorno por estrés postraumático (TEPT).

Fuertes dolores de cabeza, insomnio y ataques de ira son algunos de los síntomas que el religioso padeció desde antes de su puesta en libertad gracias a una amnistía gubernamental, en enero de 2012.

"Tengo pesadillas en las que parece que recibo torturas físicas. Ellos (los guardias) no me golpean ahora, pero (el sufrimiento) no está muy lejos de ello", declaró U Gambira al diario "Myanmar Times" en un reciente entrevista.

Las autoridades birmanas condenaron al monje con 68 años de cárcel por su importante rol durante las protestas pacíficas de 2007, que fueron duramente reprimidas por el Gobierno militar que administró Birmania hasta mayo de 2011.

A finales de septiembre de 2007, miles de monjes, incluido U Gambira, salieron a las calles de varias ciudades birmanas en favor de la democracia hasta que los uniformados procedieron al arresto de religiosos, la clausura forzosa de varios monasterios y dispersaran las manifestaciones de manera violenta.

El 4 de noviembre de aquel año, el día que el diario "Washinton Post" publicaba como editorial una carta firmada por el monje en la que defendía la revolución, este fue detenido por las autoridades locales en una pedanía entre las ciudades de Mandalay y Meiktila, región central del país.

Durante su encarcelamiento, las sesiones de exposición prolongada a la luz para instar a la privación del sueño, largos periodos de confinamiento solitario, palizas y torturas mediante reproducción de sonidos, fueron algunas de las prácticas que se convirtieron en habituales.

No obstante, los problemas de U Gambira no terminaron tras la concesión de la amnistía, siendo arrestado por breves periodos de tiempo otras cinco ocasiones y prohibiéndole volver a ejercer de clérigo.

"En prisión un segundo es realmente largo. Ahora podemos hablar de meses y años. Un segundo en prisión es un tiempo muy largo, pero puedes sentir tu sangre y saber que estás vivo", apunta en la entrevista al diario birmano.

La presión de las autoridades contra todo lo que rodeaba a U Gambira amedrentó a los médicos para ayudarle con su enfermedad y le obligó a cruzar la frontera hacia Tailandia donde el centro "The Cabin" le admitió de manera gratuita en un programa de responsabilidad social corporativa.

Tras su libertad, Gambira incluso llegó a contraer un breve matrimonio con una activista australiana.

Ataviado con vaqueros y una camiseta azul de algodón, Gambira afirma sentirse "más feliz" desde que recibe tratamiento que mezcla sesiones de yoga, meditación y técnicas psicológica terapéuticas.

Sin embargo, a sus 35 años persiste en regresar a Birmania para volver a ser monje y continuar con su activismo.

"Necesito trabajar hacia la reconciliación", señala en un vídeo promocional del centro, instando a las instituciones religiosas birmanas a promover medidas para aplacar los conatos de islamofobia que han prendido en Birmania "promovidos por el actual Gobierno".

Desde que en mayo de 2011 la junta militar cediera el poder a un Gobierno civil afín, Birmania ha vivido un periodo de apertura al exterior y ciertas mejoras en materia de derechos humanos que se espera culmine con el establecimiento de una estable y duradera democracia.

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