La prensa española condena la muerte del disidente cubano Orlando Zapata

  • Madrid.- La muerte del disidente cubano Orlando Zapata, fallecido tras 85 días en huelga de hambre, representa un "crimen", es un caso "repugnante" y merece una "enérgica condena" contra el castrismo, afirma hoy la prensa española.

Zapatero exige a Cuba que devuelva la libertad a los presos de conciencia
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Madrid.- La muerte del disidente cubano Orlando Zapata, fallecido tras 85 días en huelga de hambre, representa un "crimen", es un caso "repugnante" y merece una "enérgica condena" contra el castrismo, afirma hoy la prensa española.

"Otro crimen del castrismo", titula el diario ABC en su editorial, en el que subraya que "la única garantía de supervivencia de la dictadura castrista es mantener una firmeza brutal con la que amedrentar a la población".

Ese periódico cree que "la dictadura cubana es la única responsable de la muerte de Orlando Zapata", a quien considera "un prisionero político que jamás utilizó la violencia y que había sido privado arbitrariamente de su libertad por el siniestro régimen de los hermanos Castro".

El ABC reprocha también la política del Gobierno español de "entablar un diálogo" con Cuba y denuncia que fue "incapaz de condenar ayer el crimen".

Por su parte, el diario "El País" señala que "Ni Europa ni América Latina, especialmente Brasil, pueden ignorar la muerte de un disidente".

"La muerte de Zapata constituye un acta de acusación adicional, y un motivo de enérgica condena contra la dictadura más longeva de América Latina y una de las más liberticidas de la historia del continente", asevera ese rotativo.

"El País" insta, asimismo, al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que se encuentra de visita en la isla, a no mantener "silencio frente a una dictadura como la castrista".

"El Mundo" tilda el caso de "repugnante".

"Las circunstancias que rodean la muerte de Zapata resultan, además, particularmente abominables", remarca ese diario, que opina que la muerte del disidente supone "una bofetada a la política del Gobierno (español) hacia Cuba".

A juicio de ese rotativo, "los hechos han demostrado, una vez más, que el diálogo y la tibieza no amansan a los Castro, que son capaces de dejar morir a un hombre en la cárcel con tal de no aflojar su yugo".

Zapata, un albañil que, con su huelga de hambre, pretendía que se le tratara como "prisionero de conciencia", era uno de los 75 disidentes condenados en 2003 a penas de hasta 28 años de cárcel.

Falleció en un hospital de La Habana, adonde fue trasladado el martes desde un centro médico para reclusos debido al deterioro de su salud.

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