La protesta reaviva la rivalidad entre la Tailandia rural y la élite urbana

  • Las protestas que hoy han causado el caos en varios distritos de Bangkok han reavivado la vieja rivalidad entre la Tailandia rural que nutre a los "camisas rojas" y la élite urbana representada por los antiguos "camisas amarillas".

Bangkok, 1 dic.- Las protestas que hoy han causado el caos en varios distritos de Bangkok han reavivado la vieja rivalidad entre la Tailandia rural que nutre a los "camisas rojas" y la élite urbana representada por los antiguos "camisas amarillas".

Desde hace una semana, los manifestantes antigubernamentales del Comité Popular para la Reforma Democrática han encabezado la ocupación de varios ministerios y oficinas estatales para forzar la caída del Ejecutivo de la primera ministra, Yingluck Shinawatra.

Durante el fin de semana, las protestas han sufrido una escalada de violencia con la muerte de al menos cinco personas en enfrentamientos entre detractores y simpatizantes de Yingluck y el uso de gases lacrimógenos y balas de goma por parte de la Policía.

El líder de las protestas, el ex viceprimer ministro Suthep Thaugsuban, reiteró sus llamamientos a la "desobediencia civil" y a la huelga general para derrocar al Gobierno "corrupto e ilegítimo" y lo que denomina el "régimen" de Thaksin, el hermano de la primera ministra al que acusa de dirigir el país desde el exilio.

La mayoría de los manifestantes antigubernamentales pertenece a los mismos grupos de clase media y alta urbana que nutrían a los "camisas amarillas" de la Alianza del Pueblo para la Democracia (APD), quienes en 2008 ocuparon varios meses la sede del Gobierno y los aeropuertos de Bangkok durante más de una semana.

Con manoplas que agitaban para armar jaleo y numerosas fotos del rey, los seguidores del APD consiguieron poner a Tailandia en la portada de los diarios e informativos televisivos, con imágenes de aviones militares sacando a turistas del país.

Aquella protesta cesó cuando el Tribunal Constitucional disolvió el partido del Gobierno, integrado por aliados de Thaksin, por fraude electoral, lo que permitió la formación de un Gobierno liderado por el Partido Demócrata.

No obstante, la mala imagen por las pérdidas millonarias, entre otros motivos, ha provocado que las protestas eviten identificarse con los "camisas amarillas", en un intento también de atraer a más adeptos de las clases medias e incluso del medio rural.

En esta ocasión, los manifestantes portan menos simbología relacionada con la monarquía y optan por el color negro, las banderas tailandesas y el silbato, que se ha convertido en el emblema de las protestas antigubernamentales.

Tailandia padece una profunda crisis política desde el golpe de Estado incruento de 2006 que derrocó al Gobierno de Thaksin Shinawatra, el ex teniente general de la Policía y empresario multimillonario que vive en el exilio para evitar una condena de dos años por corrupción.

Esta asonada militar, una de las tantas que ha vivido Tailandia en el último siglo, fue fomentada en parte por las movilizaciones de los "camisas amarillas", nacidos como una plataforma cívica contra la corrupción y las políticas autoritarias de Thaksin.

Sin embargo, al depuesto primer ministro le salieron en su defensa los "camisas rojas", que se nutren sobre todo de campesinos de las áreas rurales del noreste y al comienzo exhibían numerosas manoplas en forma de pie, en contraste con las manos de los amarillos.

Su fidelidad a Thaksin se debe a las políticas que inició para implementar la sanidad universal y proveer préstamos a bajo interés, lo que benefició a las áreas rurales históricamente desatendidas por los gobiernos de Bangkok.

Estas políticas tuvieron tal éxito que fueron copiadas por el Partido Demócrata, cuando asumió el poder entre 2008 y 2011 mediante alianzas parlamentarias con la ayuda de tránsfugas, a pesar de no haber ganado unas elecciones desde 1992.

Los "camisas rojas" se manifestaron de manera masiva en 2009 y 2010 para provocar la caída del entonces Gobierno del primer ministro, Abhisit Vejjajiva.

En las movilizaciones de hace tres años, protagonizaron la ocupación del centro comercial entre marzo y mayo y fueron dispersados por la fuerza, con el resultado final de 92 muertos y más de 1.800 heridos.

El líder de la actual movilización antigubernamental, Suthep Thaugsuban, era viceprimer ministro en 2010 y entonces acusaba a los manifestantes de ocupar "ilegalmente" espacios públicos y dañar la economía y estabilidad del país.

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