La reforma constitucional marca la senda a la democracia en Marruecos pero falta ver su alcance

  • Rabat.- La profunda reforma constitucional anunciada por el rey Mohamed VI en Marruecos marca el camino hacia una mayor democracia en el país, pero habrá que esperar a ver cuáles son las enmiendas para comprobar su verdadero alcance, coinciden analistas y expertos.

La reforma constitucional marca la senda a la democracia en Marruecos pero falta ver su alcance
La reforma constitucional marca la senda a la democracia en Marruecos pero falta ver su alcance

Rabat.- La profunda reforma constitucional anunciada por el rey Mohamed VI en Marruecos marca el camino hacia una mayor democracia en el país, pero habrá que esperar a ver cuáles son las enmiendas para comprobar su verdadero alcance, coinciden analistas y expertos.

Los cambios previstos en la ley fundamental incluyen, entre otros, reforzar la figura del primer ministro como "presidente de un poder ejecutivo efectivo", ampliar las atribuciones del Parlamento o hacer de la justicia un poder independiente.

Sin embargo, el monarca no entró en detalles relevantes como hasta dónde llegará la separación de poderes y, sobre todo, a qué prerrogativas constitucionales, que actualmente le conceden poderes ejecutivos plenipotenciarios, está dispuesto a renunciar.

La comisión constituyente encargada de diseñar los cambios fue nombrada anoche por el rey, está formada por 19 personas y la preside el constitucionalista Abdelatif Menuni.

Uno de sus miembros, Mohamed Tozy, explicó a Efe que la hoja de ruta marcada por el soberano es "relativamente clara e invita a la audacia de los miembros de la comisión", la cual se podrá comprobar en los tres meses que Mohamed VI ha dado como plazo a los expertos para entregar su propuesta de reforma.

Uno de los puntos criticados en la iniciativa del rey es que haya encomendado la elaboración de las enmiendas a una comisión de expertos designada por él mismo y no por los representantes electos del pueblo.

Sin embargo, Tozy considera que este es un mecanismo igualmente válido, siempre y cuando se produzca un verdadero debate en la sociedad, en concertación con los representantes políticos, sindicales y con los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero, que organizaron las protestas en favor del cambio de carta magna.

Según Tozy, las reformas más destacadas en los siete puntos que Mohamed VI sentó como fundamentos de la revisión constitucional son la "separación de poderes, la autonomía de la justicia y la responsabilización del primer ministro", además de la regionalización del país, que ya estaba prevista.

Mientras, para Larbi Benothman, profesor de Derecho en la universidad Mohamed V de Rabat, las bases sentadas por el rey en su discurso "son siete puntos muy buenos, pero no son más que títulos de capítulos, que dependerán del contenido que se les dé".

Benothman juzgó que la composición de la comisión constituyente no invita al optimismo, ya que, en su mayoría, "son dóciles o muy cercanos a Palacio".

El profesor llamó también la atención sobre el hecho de que la comisión vaya a tener la categoría de "consultiva", por lo que "es probable que finalmente reciba las directivas de un 'capataz' designado desde Palacio, en este caso el consejero real Mohamed Moatassim".

Dentro del equipo de expertos nombrados para reformar la carta magna hay un buen número de antiguos opositores al régimen del padre del actual rey, Hasán II, que con la nueva monarquía han asumido cargos en instituciones vinculadas con los derechos humanos.

Para el periodista y escritor Driss Ksikes, "dado que no hay constituyentes electos, al menos el debate público debería ser lo más abierto posible", para lo que pidió la "vigilancia" de los partidos políticos y la colaboración de la televisión pública.

El artículo 19 de la Constitución, considerado el garante de los poderes monárquicos, es uno de los más discutidos por los analistas, que en algunos casos hacen hincapié en la necesidad de una nueva redacción.

Para Tozy, es más importante la interpretación de los artículos que su letra, y recordó que durante los años sesenta y setenta el punto 19 apenas se invocó, aunque a partir de la década de 1990 se le comenzó a dar el sentido que guarda actualmente.

Pese a ello, reconoció que este artículo "puede plantear problemas", por lo que todo dependerá de "la doctrina que se aplique al interpretarlo".

El epígrafe en cuestión consagra la figura del monarca como Emir de los Creyentes (líder religioso de la nación) y señala que éste "vela por el respeto al islam y a la Constitución" a la vez que le designa como "protector de los derechos y libertades de los ciudadanos, grupos sociales y colectividades".

El jurista Benothman consideró que ese artículo implica "tener una constitución dentro de otra constitución", por lo que él hubiera abogado por redactar una nueva ley fundamental, que es, a su juicio, lo que la calle reclamaba en las protestas convocadas por el Movimiento 20 de Febrero.

"Hubiera sido mejor crear una asamblea constituyente que preparase una nueva constitución, o al menos una comisión elegida de una manera más democrática", opinó.

En lo que hay unanimidad es al elogiar a los jóvenes del 20 de Febrero, que organizaron las movilizaciones a través de la red social Facebook, y se destaca que estos deberán tener un papel relevante en el debate público.

Para Benothman, "nunca el poder habría hecho tantas concesiones si no hubiese habido una movilización tan fuerte. Han sentido que hay un peligro, que la cosa podría haber ido más allá".

Ksikes remachó que, hasta que se celebre el referéndum sobre las enmiendas, el movimiento de protesta deberá seguir con su labor de vigilancia.

Por lo que pudiera suceder, los jóvenes del 20 de Febrero ya han dejado caer, aunque todavía no de manera oficial, que mantienen la convocatoria de nuevas protestas para el próximo 20 de marzo.

Enrique Rubio

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