La última morada de Kirchner, una obra monumental rodeada de tumbas sencillas

  • El monumental y gris mausoleo adonde serán traslados los restos del expresidente argentino Néstor Kirchner en una ceremonia "íntima" contrasta con el colorido y la sencillez de las tumbas del cementerio de la sureña ciudad de Río Gallegos, el terruño del exmandatario.

Natalia Kidd

Río Gallegos (Argentina), 26 oct.- El monumental y gris mausoleo adonde serán traslados los restos del expresidente argentino Néstor Kirchner en una ceremonia "íntima" contrasta con el colorido y la sencillez de las tumbas del cementerio de la sureña ciudad de Río Gallegos, el terruño del exmandatario.

A un día del primer aniversario de la muerte de Kirchner, el camposanto de esta ciudad situada a 2.500 kilómetros al sur de Buenos Aires es un frenesí de obreros dando los últimos retoques de pintura al mausoleo, jardineros colocando césped y custodios protegiendo con celo el acceso enrejado al monumento funerario.

Incluso en la mañana de hoy visitó el sitio el empresario de la construcción Lázaro Báez, amigo del exgobernante y quien financió, diseñó y construyó este mausoleo como "un obsequio que nunca" pensó que tendría que hacer, como dijo hace unos días.

El traslado de los restos de Kirchner hasta el mausoleo se realizará mañana en una ceremonia que, como confirmaron a Efe fuentes gubernamentales, será "íntima y familiar" por disposición de su viuda, la reelegida presidenta argentina, Cristina Fernández.

"Es una situación delicada y hay que respetar la voluntad de la presidenta", dijo a Efe un portavoz del Ejecutivo de Santa Cruz, provincia que Kirchner gobernó desde 1991 y hasta 2003, cuando llegó a la Presidencia.

A pesar de la intimidad que pretende la mandataria, hoy han llegado a la ciudad dirigentes políticos, sindicales y sociales que deberán esperar hasta la tarde del jueves para acceder al mausoleo, adonde no se podrá ingresar con cámaras fotográficas ni de vídeo, tal como se advierte desde un cartel a las puertas del monumento.

Algunos "peregrinos K" se acercaron hoy hasta el cementerio, algo decepcionados por no poder entrar.

"Sentí profundamente la muerte de Néstor. Jamás pensé que la muerte de un político me fuera a tocar tanto", dijo a Efe Leandro, un joven de Buenos Aires que viajó con su novia para conocer el mausoleo.

Marta, una anciana de la vecina provincia de Chubut, se mostró emocionada al ver el lugar donde descansarán los restos de quien, dijo a Efe, dejó un "legado" que ahora custodia Cristina.

Detrás, se levanta un mole de concreto y piedra volcánica de trece metros de largo, quince de frente y once de alto, de líneas rectas y austeras.

Un puerta metálica, alta, estrecha, es el único acceso a la primera planta del edificio mortuorio, adonde será depositado el féretro de Kirchner y adonde sólo tendrán acceso sus familiares.

El resto de los visitantes deberán acceder por una escalera a las otras plantas y desde allí podrán ver, hacia abajo y a través de un cristal, el féretro.

Pequeñas aberturas laterales de vidrio y un domo con un vitral con el logotipo del Bicentenario de Argentina permiten el ingreso de luz natural al recinto, situado en los fondos del cementerio local, en un terreno de 650 metros cuadrados.

En el edificio, cuya construcción se inició en enero pasado y a cuyo subsuelo hoy se trasladarán los restos del padre del expresidente, también se utilizaron otros materiales de la zona, como pórfido patagónico, lajas y mármol.

El complejo se completa con dos antorchas, un sencillo parque y una gigantesca bandera argentina, que ya ondea.

En los alrededores abundan las tumbas sencillas, con cruces de madera y ofrendas florales multicolor, incluida la de un cacique tehuelche "que trae suerte" si se le pone una piedra encima, aseguran lugareños.

Hay también un puñado de panteones familiares discretos, entre ellos el de Carlos Arturo Kirchner, tío de Néstor, adonde fue sepultado el exmandatario dos días después de su muerte en la sureña villa turística de El Calafate después de una apoteósica despedida en Buenos Aires.

El sencillo panteón, pintado de amarillo y blanco, fue remozado y a sus puertas se montó una especie de santuario improvisado con banderas, flores naturales y de plástico, carteles y hasta un buzón donde la gente deja cartas para los Kirchner.

"Te dejo mi mail por si querés escribirme", dice una de las tantas notas destinadas a quien gobernara Argentina entre 2003 y 2007, cuyo repentino fallecimiento sacudió al país y que, según suele decir su viuda, "no murió: vive en la gente".

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