Las anécdotas de la pasarela madrileña

  • Detrás de los focos de Mercedes-Benz Madrid Fashion Week se esconden modelos poco habituales de la cita arreglándose para la ocasión, y otros que, pese a ser profesionales, juegan con los niños en el "backstage", donde da igual si eres maquillador, modelo o periodista: todo el mundo corre y se tropieza.

Ana Aranda

Madrid, 1 feb.- Detrás de los focos de Mercedes-Benz Madrid Fashion Week se esconden modelos poco habituales de la cita arreglándose para la ocasión, y otros que, pese a ser profesionales, juegan con los niños en el "backstage", donde da igual si eres maquillador, modelo o periodista: todo el mundo corre y se tropieza.

La estampa más cariñosa ha sucedido en el desfile de Roberto Verino. En él, el pequeño modelo Lío ha salido a desfilar enfundado en un abrigo de piel de la mano de Jon Kortajarena. Pero lo que realmente era digno de ser fotografiado era cómo el vasco ha cogido en brazos al pequeño profesional en cuanto los focos les han dejado de iluminar.

Otro hombre que, como Kortajarena, supera con creces la altura media del "backstage" madrileño es Nicolás Coronado. El actor, que colabora frecuentemente con Francis Montesinos, no ha perdido la oportunidad en cada espejo con el que se encontraba de intentar arreglarse el flequillo rebelde, a pesar de que ya había pasado por peluquería y maquillaje.

Porque no todo lo que se ve sobre la pasarela es una coreografía estudiada. Un ejemplo perfecto ha quedado representado en la puesta en escena de Duyos, cuyas modelos y vestidoras han corrido aún más de lo que es habitual. Un problema: había menos pares de zapatos que pies para utilizarlos y poco tiempo para remediarlo. La solución: que entre salida y salida las chicas se los intercambiaran.

Y es que los pies son el punto crítico de la cita y más vale permanecer atentos a los cables que pueden moverse en cualquier momento, si no quieres terminar el día con muletas y tacones.

Aunque los puntos más llamativos de esta trastienda se encuentran en todo lo que rodea a Agatha Ruiz de la Prada.

Aun dentro del inmenso pabellón donde se celebran los desfiles, su equipo es perfectamente reconocible por sus uniformes en vivo rojo con mangas verde lima, y sus estanterías en tonos flúor y con corazones sirven también para localizar rápidamente un punto de encuentro sobre las paredes grises y la moqueta negra que decoran IFEMA.-

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