Las asociaciones de neumología: "El cigarrillo electrónico se publicita como un iPhone"

    • Desde su aparición en China en 2003 se ha ido sofisticando el diseñode los cigarrillos electrónicos hasta convertirlos en un bien identificativo de determinados grupos sociales.
    • "Todo fumador quiere hacerse con él para estar a la moda. Se está convirtiendo en un artículo de prestigio", declara elcoordinador delGrupo de Tabaquismo de Neumosur, Marcos García Rueda.
Profesionales sanitarios lamentan que el uso de los cigarrillos electrónicos no se limite como el tabaco
Profesionales sanitarios lamentan que el uso de los cigarrillos electrónicos no se limite como el tabaco

Las cifras no engañan. El número de consumidores o "vapeadores" de este producto crece día a día. Según los datos del Global Youth Tobacco Survey (GYTS) en Hungría el 13% de los niños de entre 13 y 15 años había probado el cigarrillo electrónico en el último mes.

Un dato que no extraña al coordinador del Grupo de Tabaquismo de Neumosur, Marcos García Rueda. "Lo publicitan como si fuera un iPhone o una Nespresso y todo fumador quiere hacerse con él para estar a la moda. Se está convirtiendo en un artículo de prestigio", argumenta.

Desde su aparición en China en 2003 se ha ido sofisticando el diseño de los cigarrillos electrónicos hasta convertirlos en un bien identificativo de determinados grupos sociales. Además, la legislación en materia publicitaria de estos dispositivos, a diferencia del tabaco convencional, sigue sin estar regulada.

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"Los cigarrillos electrónicos están volviendo a normalizar el consumo del tabaco. Una práctica con la que pensábamos que ya habíamos acabado. Estamos retrocediendo a los años 50",explica el doctor García Rueda.

La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) también se queja por "el trato de favor"que se está dando al cigarrillo electrónico con la legislación vigente. "Se está tirando todo nuestro trabajo. Se permite su consumo en bares y restaurantes aunque se vetaen colegios, hospitales y centros de salud. Es una legislación poco rigurosa y más si se tiene en cuenta que todavía no se ha estudiado si es realmente o no un producto nocivo". "No tiene sentido que prohiban el uso de tabaco convencional mentolado y sigan dejando su uso en los electrónicos", añaden.

"El mercado de este producto está evolucionando y creciendo rápidamente y se estáncomercializando como ocurría con los cigarrillos convencionales en 1950 y 1960 ycuyas consecuencias ahora lamentamos" recuerda el doctor Segismundo Solano, coordinador delArea de Tabaquismo de SEPAR.

"Los cigarrillos electrónicos contaminan el airemenos que los cigarrillos convencionales, pero también lo contaminan. No emiten vapor deagua inocuo y las personas que están pasivamente expuestos a los aerosoles de los cigarrilloselectrónicos inhalan y absorben la nicotina u otros ingredientes y pueden mostrar nivelescomparables a los fumadores pasivos convencionales", advierte el SEPAR. Por esta razón los responsables del área de tabaquismo de esta institución no entienden por qué se permite no se limita su uso en bares y lugares de ocio.

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¿A qué puede deberse? El doctor Marcos García Rueda es drástico: "A las tabacaleras. Están detrás del 40% de los cigarrillos electrónicos e intentan hacerse con el mercado prohibido al tabaco convencional de nuevo".

En 2012, la tabaquera americana Lorillard compró una de las compañías líderes de cigarrillos electrónicos de América, Blue e-cigs. Actualmente, otras multinacionales del sector como Reynolds American Inc, BAT y Philip Morris están investigando y desarrollando productos similares al cigarrillo electrónico."No tenemos dinero para estudiar los efectos del cigarrillo electrónico"

No existe hasta la fecha ninguna demostración científica de que el uso de cigarrillos electrónicos sea bueno para dejar de fumar. El director de relaciones institucionales de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR), José Miguel Rodríguez advierte: "No tenemos dinero. No contamos con sufientes medios para investigar sus efectos y sin embargo los siguen vendiendo".

Para el doctor Rodríguez, el cigarrillo electrónico puede ser una posible solución como alternativa para abandonar el tabaco pero pese a que se han realizado diversos estudios sobre ello, todavía no se han determinado ni las dosis ni el tiempo adecuado de sus "tomas". "Realizar estos estudios es costoso porque implicaría llevar al cigarrillo electrónico a la categoría de otros medicamentos como los parches de nicotina y eso a día de hoy es muy costoso", señala Rodríguez.

Desde el SEPAR se pidió hace unos días a la Comisión de Sanidad del Congreso de Diputados que se diera al cigarrillo electrónico el mismo trato que al tabaco convencional o que se iniciaran las investigaciones para estudiar su empleo como medicamento. Sin embargo, ambas propuestas fueron rechazadas y la institución médica ha lanzado la voz de alerta: "Desconocemos los efectos que este dispositivo produce en la gente de su entorno así como en los propios 'vapeadores' a largo plazo. No entendemos por qué se ha regulado como si se tratara de un bien de consumo más".

"Las autoridades sanitarias no están actuando con prudencia. Les ha piyado el toro porque el cigarrillo electrónico se ha popularizado muy rápidamente y ahora no saben cómo frenarlo sin ganarse la enemistad de alguien", declara elcoordinador delGrupo de Tabaquismo de Neumosur, Marcos García Rueda, quien concluye "pagaremos las consecuencias".

"Creemos que las medidas recién aprobada son una oportunidad perdida para elaborar unaregulación adecuada y a mediada para e -cigarrillo. Los neumólogos y cirujanos torácicos deSEPAR hubiésemos preferido que el cigarrillo electrónico se considerada un productofarmacéutico pues de este modo, por un lado, estaría sujeto a rigurosos controles de calidaden su producción y distribución y, por otro lado, facilitaría la investigación sobre sus efectossobre la salud, así como su eficacia como dispositivos para dejar de fumar", comunciaba en un escrito el director delprograma de investigación de Tabaquismo de SEPAR, Carlos Jiménez, a la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados tras conocer la decisión final de la Cámara.

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