Los agentes en los pasos fronterizos: "Esto es un hervidero"

El puesto de Farkhana, en Melilla, registra cada día un tránsito de hasta 2.000 vehículos, lo que supone hasta 10.000 personas entrando y saliendo de forma simultánea por la misma línea de frontera. El control está atendido, denuncian desde Guardia Civil, por apenas dos agentes, que se encargan de revisar maleteros y equipajes.Un auténtico coladero. "Los inmigrantes llegan ocultos en dobles fondos, en depósitos de vehículos", dice Jamal Al-alal, secretario del sindicato en Melilla,"Desconozco cuántos podrán entrar, pero un número bastante elevado"

Este portavoz defiende el trabajo de sus compañeros en la frontera-"hacen un sobreesfuerzo cada día para detectar las entradas, pasan horas abriendo maleteros, revisando los huecos de los vehículos"-pero no es suficiente. Según sus estimaciones, sería necesario que el personal se duplicase para poder responder al número de entradas que se producen cada día. "El trabajo es arduo. Muchas veces hay que desarmar coches enteros para poder acceder al interior", explica.

El modus operandi es sencillo para aquellos que han desistido de la valla. O que ven en el paso fronterizo mayores garantías para llegar a España. Los inmigrantes llegan a pagar hasta 3.000 euros a las mafias para que los introduzcan por la frontera a través de vehículos manipulados, una cantidad que, en el libre mercado, varía dependiendo de muchos factores: de la cantidad de ofertas, del momento, de las garantías de llegada..."Hasta los directores de bancos introducen a sinpapeles"

Los agentes que trabajan en los pasos advierten además de que ha cambiado el perfil de las mafias que trafican con los sinpapeles. "Hasta hace poco, quienes los introducían por la frontera eran marroquíes, sin recursos, sin trabajo, con bajo estatus social en Marruecos. Pero últimamente estamos viendo españoles y también casos de personas con un buen trabajo. El otro día, un director de banca fue interceptado por intentar pasar a dos subsaharianos", afirma Al-Lal.

Una circunstancia que hace necesario multiplicar el control. "Nos obliga a abrir otro frente y sospechar de cualquier persona que intenta entrar en Melilla".

En estos puestos fronterizos, tres en el caso de Melilla, la guardia civil debe encargarse del control aduanero y revisión de equipajes y la policía de la identificación. "La frontera es totalmente permeable, pero es una permeabilidad consentida", comenta Jesús Ruiz, portavoz del Sindicato Unificado de Policía en Melilla, "consentida porque la administración no nos pone personal".

85 agentes de policía vigilan estos puestos. Serían necesarios al menos 150, calculan, para hacer un trabajo en condiciones óptimas de seguridad. "Una hora viendo 5.000 caras diferentes... es infrahumano", dice Ruiz. "Tenemos una frontera por la que cada día pasan más personas, pero ni se convocan vacantes. Esto es un hervidero"

La desesperación viaja en los sitios más insólitos y las mafias se las ingenian para perfeccionar sus técnicas, jugando al límite con la vida de los que sueñan con llegar a Europa. El año pasado, la Policía Nacional detenía en Algeciras a dos personas que intentaban introducir a un inmigrante oculto en el interior de la guantera de un vehículo.