Los escenarios tras el 22-M: gobierno en minoría o pactos contra-natura

    • Aunque las encuestas supeditan su mayoría a los pactos, Susana Díaz quiere gobernar sola y con acuerdos puntuales.
    • Un pacto de legislatura convertiría en socios a sus rivales, PP o Podemos. El coste podría ser elevado.

Susana Díaz, en uno de sus últimos actos en Sevilla.
Susana Díaz, en uno de sus últimos actos en Sevilla.

Once escaños es lo que, según el CIS, separa a Susana Díaz de la mayoría absoluta. Un escenario que, en vista de las actuales incertidumbres políticas, añade muchas nebulosas al futuro arco andaluz.

Si las urnas confirman los resultados del barómetro, la actual presidenta-con el 34'7% de los votos y 44 escaños- se vería obligada a pactar con sus mayores rivales, el PP-que caería al 25'7% de votos y lograría 34 diputados- o Podemos, con un 19'2% de estimación de voto y entre 21 y 22 parlamentarios, para lograr una mayoría holgada para gobernar con comodidad.

Ni IU- hundido en términos electorales con apenas 4 o 5 escaños- ni tampoco Ciudadanos, con similar resultado, daría a Díaz una suma de votos suficiente. Pero las cuentas que por un lado suman mayorías arrojan, por el otro, escenarios de una fuerte inseguridad política, también posibles costes futuros para los partidos en términos electorales. Difícil predecir cómo el votante socialista podría digerir acuerdos entre signos políticos contrarios.

El escenario se ha calentado, en las últimas horas, con las nuevas tensiones afloradas en el cruce de liderazgos entre Díaz y Ferraz, al negar la primera la autoridad del secretario general del PSOE y del Comité Federal, máximo órgano entre congresos, para decidir a qué pactos se llega en la comunidad. La intención de Sánchez es aprovechar la reunión del Comité Federal del PSOE, el sábado 28 de marzo-seis días después de las elecciones-para definir una estrategia común en toda España. Pese a que los estatutos digan lo contrario- así lo recordó ayer el expresidente del Congreso, José Bono-Díaz no quiere injerencias y se lo ha hecho a saber a Ferraz.

"Voy a pactar con la gente", dijo este miércoles a los periodistas desde Ubrique (Cádiz). Los socialistas han tenido dos socios en los 33 años que llevan gobernando en Andalucía. El primero, el Partido Andalucista, entre 1996 y 2004. El último, IU, entre 2012 y este mismo año. En ambos casos, los pactos fueron decididos por la dirección regional.

El tablero actual se anticipa más intenso que nunca y ha sumido a los propios partidos en debates internos que ocasionan no pocas fracturas.
PSOE-IU

Ambos partidos alcanzaron en 2012 el acuerdo de Gobierno que dio la presidencia de la Junta a José Antonio Griñán, pese a que fue el PP de Javier Arenas el que ganó las elecciones. Sin embargo, las tensiones entre ambos socios no fueron disimuladas. Un historial que se colmó el pasado diciembre, cuando IU planteó un referéndum para replantear las relaciones en el seno del Gobierno andaluz y "actualizar" sus acuerdos "estratégicos". "La crisis va para siete años y en 2014 ha estallado el escenario político. Lo que era vigente y lógico en 2012 no lo es tanto en 2015", planteaban entonces desde IU.

Con el respaldo del 75 por ciento del pleno de su asamblea, IU acordó una consulta, a celebrar en junio-tras las municipales-si el Ejecutivo andaluz no avanzaba en cinco compromisos legislativos considerados decisivos: una banca pública, la ley de Agricultura, la reforma de la ley de Igualdad y contra la Violencia de Género; la ley de la renta básica y un decreto de garantías de suministros vitales. El referéndum iba acompañado de otro órdago: una comisión de investigación parlamentaria sobre todos los casos de corrupción en la comunidad, como los cursos de formación, la rama de la Gürtel, o el caso Fitonovo."¿Quién dijo miedo a la corrupción? Nosotros vamos a degüello", clamó entonces el ahora candidato de IU a la Junta, Antonio Maíllo, en un claro intento de de desvincularse de la "casta" política en un escenario marcado por la fuerte irrupción de Podemos.

El desgaste en la convivencia fue el argumento principal en el que Díaz sustentó la convocatoria anticipada de elecciones, en enero. Relaciones que habían tenido ya otro momento árido: la "crisis de la Corral Utopía", el pasado abril, que llevó a la presidenta andaluza a retirar las competencias de vivienda a la Consejería de Fomento, dirigida por Elena Cortés, de IU. La situación, que puso el acuerdo de Gobierno al borde de la ruptura, se resolvió in extremis. Que las relaciones entre la presidenta de la Junta y su socio Maíllo nunca habían sido buenas era vox populi. Pero mucho menos lo eran, lo son, con Alberto Garzón, actual candidato de IU en las próximas generales y muy crítico con el gobierno de Díaz.

La dirigente empleó con insistencia la palabra "inestabilidad" para justificar un adelanto del que, en cambio, se desmarcó la formación republicana. Entre tanto, IU apuntó a los intereses electorales de la andaluza para no agotar legislatura. En vista de los pobres resultados de IU, reeditar el pacto no tendría sentido en términos de gobierno. Se precisaría, en todo caso, de una tercera opción, que podría ser Ciudadanos, partido que, según las encuestas, tendría una irrupción potente que podría aumentar en el tiempo que resta hacia las urnas.

Aunque cabría plantear también la imagen que esta alianza daría de cara a los andaluces. Si Díaz basó la convocatoria de elecciones en unas relaciones deterioradas, ¿cómo justificarlo ahora? Si un gobierno bipartito con IU era del disgusto de la presidenta, ¿cómo encajaría un Ejecutivo "a tres"? Desde IU la opción se tiene por "complicada": ven difícil que la militancia acepte ahora un pacto con un partido al que han acusado de "deslealtad", y ese es el requisito esencial para que la coalición valide cualquier pacto."Las fórmulas son muchas y nada impide que sean de carácter multilateral", admitió hoy mismo Maíllo, recordando que la situación actual la precede "una ruptura unilateral de una señora que ha roto un acuerdo para no cumplir políticas de izquierda".PSOE- PP

Una "gran coalición" para reafirmar una mayoría del bipartidismo y dejar al lado a las formaciones emergentes, Podemos y Ciudadanos, viene siendo motivo de debates desde incluso antes de que Díaz convocase las elecciones. Se trataría de una alianza, a primera vista, contra-natura, y rumoreada también como posibilidad para las generales, que defiende el candidato 'popular' Juanma Moreno Bonilla y no desagrada ni a Rajoy ni tampoco a parte de la dirección 'popular'.

Los socialistas son más recelosos: un acuerdo de este calibre podría resultar demasiado costoso de cara a sus votantes. No son pocos los que anticipan que la alianza hundiría sus posibilidades para reafirmarse como opción para la izquierda. Otros, aún más pesimistas, avanzan que el pacto fulminaría el socialismo, al estilo de lo ocurrido con el PASOK griego. El PP, con un electorado "fijo", se vería en principio menos resentido. El candidato del PP-A ha llegado a acuñar un término para referirse al futuro escenario que contempla para Andalucía: una "bicicleta tándem", en la que él lleve el manillar y con sitio para el PSOE. Una opción, defienden, que asegure la "gobernabilidad", ante el auge de unos partidos sin experiencia de gobierno ni garantías. "Si la señora Díaz estuviera dispuesta a pactar con Podemos, le ofrecería un acuerdo de gobernabilidad para que no pactara con Podemos", expresó hace unas semanas.

En vista clara a las generales, los populares han colocado el freno al ascenso de Podemos-y en los últimos tiempos también de Ciudadanos-en el centro de sus prioridades. Un pacto con el PSOE es, hoy por hoy, el "mal menor" que están dispuestos a digerir si se evita así que el partido de Iglesias vea aún más reforzadas sus posibilidades en una plaza estratégica como es la andaluza y permitiría a Moreno Bonilla, que apenas lleva diez meses en el cargo, fraguarse en el ruedo político. De no alcanzarse un acuerdo de legislatura, la otra opción sería prestar su apoyo para que Díaz pueda ser investida presidenta, a cambio de un implícito acuerdo de respaldos posteriores, en temas como empleo y corrupción.

Los 'populares' desconfían en cambio de que Díaz tiene ya a medio cerrar un pacto "oculto" con Podemos, y ya acordada una alianza con Ciudadanos. Así lo insisten en los últimos días de campaña, tratando también de deslegitimar a los socialistas como opción de "estabilidad". "Hemos tenido tres años de bipartito donde ha primado la ideología por encima de la gestión: imaginaros un acuerdo a tres bandas", señaló hoy Moreno Bonilla en un encuentro con comerciantes y empresarios en Marbella. La idea también genera debates en "casa" socialista.

Felipe González la defendió en mayo pasado, en plena campaña de las europeas, "si el país lo necesita". Unas declaraciones que rectificó después, tras ser afeado por Ferraz. Tampoco la descartan parte de la "vieja guardia", como José Bono o Rodríguez Zapatero. Hasta el momento, Díaz sí la ha rechazado.PSOE-Podemos

Un acuerdo entre Díaz y Podemos, encabezado en Andalucía por Teresa Rodríguez, podría llegar a los 66 escaños, una amplia mayoría para gobernar. Pese a que insisten en que el 22 de marzo se "sale a ganar", el partido de Iglesias nunca ha descartado este pacto, siempre y cuando sea sometido a referéndum de sus simpatizantes.

Así lo ha expresado Rodríguez. También lo han admitido desde la dirección: el acuerdo no se descarta, aunque sí se somete a condiciones, la principal, una implacable lucha contra la corrupción."Podemos no va a facilitar gobiernos del PP", pero por lo demás "cualquier partido que decida sumarse al cambio será bienvenido para componer alguna opción gobierno", afirmó hace unas semanas Luis Alegre, secretario de Participación Interna del partido. La presidenta andaluza niega que su idea sea pactar con el partido- también lo hizo en su día su secretario general, Pedro Sánchez, contra el que ha sacado en los últimos días la artillería directa.

Este martes, Díaz cambió la estrategia: antes, optaba por no mencionarle, ahora, le enfrenta por una de sus flaquezas: la inconcrección de programa."O no tienen o no tienen nada que ofrecer o no querrán, lo que es peor, que los ciudadanos sepan lo que va a proponer", dijo, ante la ausencia de Rodríguez en el debate de candidatos que ese día se ofrecía en Canal Sur. Las últimas críticas han venido a propósito de la propuesta de Podemos de redefinir las ayudas del PER. Díaz les ha acusado de "comprar el discurso a la derecha".
PSOE- Ciudadanos

Desde hace ocho años, ambos partidos gobiernan el ayuntamiento de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), precisamente donde el candidato de Ciudadanos, Juan Marín, ejerce como primer teniente de alcalde.El partido del catalán Albert Rivera, cuyo empuje electoral se ha visto reforzado en los últimos sondeos, irrumpiría en el Parlamento andaluz, aunque los escaños que hoy se anticipan no serían suficientes para formar un gobierno "a dos".

Como el resto de formaciones, Rivera ha tratado también de colocar a su partido en las primeras posiciones de salida, presentándolo como la alternativa a un bipartidismo que, advierte, prepara un "pacto de la decadencia" para seguir gobernando en la comunidad.

"Tú gobiernas la Junta y yo en las diputaciones y los ayuntamientos de las capitales andaluzas; tú tienes tus casos de corrupción y yo, los míos", ironizó en el arranque de campaña. La formación ha atacado a los socialistas por "sacar pecho" pese a las cifras de desempleo que actualmente soporta la región. Los pactos se les antojan "muy complicados",en palabras de Marín, y en cualquier caso, supeditados también a las reformas que plantean. Sus preferencias, no obstante, se decantan más por hacerlo con el PSOE que con el PP. Lo cierto es que, quizás por cautela, Díaz apenas se ha pronunciado en contra del partido.PP- Ciudadanos

A diez escaños de los socialistas, según el CIS, parece poco probable que las encuestas fallen estrepitosamente y den un vuelco tal que coloque al PP vencedor de los comicios en Andalucía. No obstante, los 'populares' miden también sus palabras sobre Ciudadanos, partido que muchos consideran incrementará sus posibilidades de aquí a las urnas, no sólo en la región. La formación está en el punto de mira de Génova, que teme ahora-en detrimento de Podemos- que sea la que absorba la mayor parte de su voto descontento.

Un posible pacto parece lejano, pero tampoco imposible en este incierto escenario. Por ello, hasta el momento, el principal ataque de los 'populares' ha sido para insistir en las diferencias territoriales."No quiero que a Andalucía se la mande desde Cataluña, ni un presidente que se llame Albert", expresó ayer Antonio Sanz, delegado del Gobierno en Andalucía, y número dos de Javier Arenas cuando dirigía el PP andaluz. Rivera le respondió de inmediato: "Cataluña es España".
Sin pactos

"He dicho con claridad que yo me debo a los andaluces, que voy a pactar con los andaluces, no voy a pactar con el PP, porque ha hecho mucho daño, ni con Podemos, porque lo que representa no es lo que queremos en esta tierra". Es el argumento insistente de Díaz.

La presidenta de la Junta ha cerrado, por el momento, las puertas a cualquier acuerdo, siguiendo una calculada estrategia de campaña que pasa por presentar al PSOE como una opción de "mayorías" y apelar a casi ese 60% de votantes que, según el CIS, no tienen aún definido el sentido de su voto.

El empeño de Díaz pasa por lograr una mayoría "amplia" para tener un Gobierno estable, sin tener que depender del placaje al que la sometería cualquier socio, sea del signo que sea. O, si no, una minoría también lo suficientemente convincente- en torno a los 50 escaños- como para gobernar con acuerdos puntuales.

Convencida también de que lo que se decida en Andalucía supondrá un empujón a las opciones electorales de los socialistas en las generales y sin duda a su propio liderazgo: con un buen resultado, arreciarían sin duda esas voces que ya suenan fuertes para que la presidenta andaluza dé el salto definitivo a Madrid y "rescate" a un partido socialista que empieza a dar algún síntoma de recuperación en los sondeos. Ella ha descartado también que su futuro político esté en Madrid. Sólo el futuro lo resolverá.Los pactos no serán inmediatosPacto PSOE, IU y "posiblemente también Ciudadanos", es la opción que contempla Javier Recio, subdirector de Diario Sur. Serán, en cualquier caso, acuerdos "puntuales" de gobierno en los que, afirma, no entrará Podemos. "Con ellos nadie va a pactar, lo van a querer arrinconar, presentar como algo casi diabólico", de cara a las generales.Convencido de que lo que se cueza en Andalucía determinará el futuro en el resto del país, "esto es el laboratorio y todo se va a trasladar, desde los resultados hasta los pactos"- opina también que la intención de Díaz es "montar un gobierno en minoría".

"No quiere pactar con nadie", opina también Juan Manuel Marqués, subdirector del Grupo Joly, editor de Diario de Sevilla, que cree que la presidenta de la Junta logrará mejores resultados de los que anticipa el CIS- "hasta un 40'% del voto"- y también el PP- "tiene un voto oculto que saldrá al final".

Marqués no descarta un pacto incluso a "cuatro", con IU, Ciudadanos, y quizás Podemos. "Sería un pacto de legislatura" que, en cualquier caso, no se producirá de forma inmediata tras las elecciones: Díaz esperará a que se celebren las municipales y las autonómicas, y en función de eso, decidirá. "Si gana, la investirán como presidenta, pero después esperarán", opina Marqués. Un acuerdo entre PP y PSOE, posible, llegaría incluso más tarde, "si se produce un pacto a nivel general". "Díaz no va a experimentar un pacto con el PP, Y hasta entonces, puede gobernar con acuerdos puntuales, tiene los presupuestos aprobados".

"Eso dependerá mucho de la disposición que tenga el PP y de que se pueda asegurar una alianza para el futuro escenario nacional", afirma por su parte Juanjo Borrero, redactor jefe de ABC Sevilla. "Es difícil que ese acuerdo se pueda vender si no es con el emblema de la estabilidad. Con ello el PSOE tendría que renunciar al sello de la izquierda que es el que hizo posible el pacto que le hizo ascender al gobierno. Pero como antecedente, ese pacto, de izquierda, no dio resultados".

Borrero considera también que las municipales "van a resultar fundamentales". "Tiene dos meses para formar gobierno, podría esperarse y cerrar ese pacto en el parlamento". Cree, en cambio, que la presidenta de la Junta anotará peores resultados de los que adelanta el CIS, "por debajo de los 44 escaños". "La horquilla entre PP y PSOE no va a ser tan amplia. Depende un poco de la última semana de la campaña, donde los votos están fluctuando. Creo que al final el PP ganará esos votos, porque va a afianzar a sus votantes. Ciudadanos también puede sumar robándole votos al PP y al PSOE, incluso a Podemos, porque lo ven una marca más fiable".



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