Los jubilados verán subir sus pensiones un 1% el próximo año

  • La subida de la inflación va a ser un salvavidas para los jubilados, que gracias a este factor van a poder esquivar en parte la congelación de sus pensiones. Si se mantiene la tendencia del IPC hasta noviembre, podrán tener un incremento de su pensión similar al de este año.
R. Ugalde

Aunque parezca mentira, que la vida se vuelva más cara se ha convertido en un valor de oxígeno para los jubilados. Al menos, desde el punto de vista de los ingresos mensuales que tendrán el próximo ejercicio.

La polémica decisión del Gobierno de congelar las pensiones para ahorrarse 1.000 millones de euros en los presupuestos de 2011 va a tener menos efecto del esperado en el bolsillo de los jubilados, ya que sus pensiones podrían verse incrementadas en un 1%, el mismo aumento que se les ha aplicado para este año.

Esto es debido a que la inflación apunta hacia cotas muy superiores a la subida aplicada a las pensiones en 2010. Todos los años, en noviembre, el Gobierno calcula la diferencia entre el IPC de ese mes y el incremento que se aplicó a las pensiones a principio de ejercicio. Con esta medida, se evita que pierdan poder adquisitivo.

Este año, los mayores sólo han visto incrementar sus ingresos mensuales en el citado 1%, pero la inflación hasta septiembre es más de un punto superior. Esa diferencia deberá pagárseles a los jubilados por dos vías.

La primera, con la bautizada paga extra de enero, en la que perciben un ingreso que compensa el poder adquisitivo perdido. La segunda, consolidando en la nómina del siguiente ejercicio la subida.

Por tanto, si la inflación se mantiene en noviembre en los niveles actuales, los pensionistas tendrán una subida del 1%, además de la paga de enero. En cambio, el pasado ejercicio, debido a las tasa negativas de inflación, cuando llegó la revisión de noviembre, la cuenta jugó en contra de los intereses de los pensionistas, que se quedaron sin la extra de enero.

Este principio de ajustar las pensiones a la inflación va a permitir que, por el momento, los pensionistas no pierdan poder adquisitivo: el año pasado ganaron, ya que la subida que se les aplicó fue superior a la inflación, y éste se quedarán en tablas, con efectos en el próximo.

La verdadera prueba llegará con los presupuestos de 2012. En principio, ese año se levantará la congelación de las pensiones, lo que permitiría volver a subirlas. Pero, además de las cautelas que deben tomarse ante promesas políticas en épocas de crisis, ese incremento podría no ser suficiente para compensar la inflación de 2011.

Como el próximo año las pensiones sí que van a estar congeladas, no se aplicará la revisión de las jubilaciones con el dato del IPC, una pérdida de poder adquisitivo que sólo podrá compensarse en función de cuánto incremente el Gobierno las pagas a los mayores en 2012.

Por ejemplo, si la inflación se sitúa en noviembre de 2011 en el 3% y el Gobierno sólo aplica para el año siguiente una subida del 1%, habrán perdido capacidad de compra. Pero, si las incrementa en un 4%, habrán conseguido pasar la crisis sin perder poder.

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