Los ministros de Exteriores españoles de la democracia se unen ante la crisis

Madrid, 5 feb.- Los once ministros españoles de Asuntos Exteriores de la democracia -menos el fallecido Francisco Fernández Ordóñez- firman hoy un artículo conjunto en el que proponen una política exterior al servicio de este país, que le ayude a salir de la crisis económica.

Los ministros que estuvieron al frente del servicio exterior de España en los Gobiernos de Unión de Centro Democrático (UCD), el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP) advierten en el artículo -publicado en el diario "El Mundo"- que el papel de España en el mundo depende de cómo resuelva sus desafíos internos, empezando por los económicos.

"Estamos convencidos de que para ser influyentes fuera de nuestras fronteras debemos ser fuertes internamente", afirman los once ministros en el artículo, titulado precisamente "Una política exterior al servicio de España".

Los ministros son Marcelino Oreja (1976-1980), José Pedro Pérez-Llorca (1980-1982), Fernando Morán (1982-1985), Javier Solana (1992-1995), Carlos Westendorp (1995-1996), Abel Matutes (1996-2000), Josep Piqué (2000-2002), Ana Palacio (2002-2004), Miguel Ángel Moratinos (2004-2010), Trinidad Jiménez (2010-2011) y José Manuel García-Margallo (desde diciembre de 2011).

Quienes fueran responsables de Asuntos Exteriores reconocen que la crisis ha hecho que los medios que requiere la diplomacia española son "escasos" y piden una reflexión para adecuarlos a los retos existentes y al nuevo servicio exterior de la Unión Europea.

Para ello, reclaman una ley del servicio exterior, que lo profesionalice más, de forma que sea "más meritocrático y tenga mayor capacidad de especialización".

"Conscientes de las dificultades por las que atravesamos hoy los países de la UE, los ministros que hemos estado al frente de la cartera de Asuntos Exteriores a partir de la Transición queremos manifestar nuestra opinión sobre el papel que, a nuestro juicio, puede y debe desempeñar nuestro país para superar esta crisis con éxito y permite que España ocupe un lugar de primer orden en la política internacional", explican.

Añaden que la salida de la crisis económica "depende, en buena medida, de que España proyecte la imagen de un país pujante, políticamente estable, jurídicamente seguro y abierto al mundo".

Por ello, subrayan, la prioridad número uno de la política exterior española debe ser la recuperación económica y la creación de empleo.

Abogan por contribuir con ideas y apoyos políticos a mejorar el funcionamiento de la UE y, en particular, de la unión económica y monetaria, y consideran que España, siempre a la vanguardia de la integración, debe ahora "contribuir decisivamente a encontrar las soluciones que permitan resolver los problemas".

Recalcan que España, como único país europeo con "vínculos especiales" en Iberoamérica y el mundo árabe, debe aprovechar las oportunidades empresariales que ofrecen, prestando el "necesario acompañamiento político".

Hacen hincapié en la necesidad de relanzar las relaciones con los países emergentes de Asia, así como con los de África, "que vive momentos de cambio" y Estados Unidos, donde "hay todavía mucho margen para elevar" el perfil comercial de España y "consolidar la presencia de la lengua española".

Entre los activos de España, destacan la Corona, las Fuerzas Armadas, el desarrollo económico del país, un empresariado acostumbrado "a medirse con los mejores en todo el mundo", el avance tecnológico y "una apuesta firme" por las políticas de cooperación al desarrollo.

Mencionan además el "capital intangible" de España que atrae a miles de turistas a su territorio al que unen la difusión de una cultura en español, a través del Instituto Cervantes, y sus éxitos en campos como la moda, el diseño, la gastronomía o el deporte.

"Todos ellos, debidamente coordinados, pueden contribuir a crear y difundir una marca España de un potencial incalculable", destacan los once firmantes.