Los últimos norieguistas

  • El exgeneral Manuel Antonio Noriega, que hace poco más de 20 años era aclamado por multitudes y halagado por una cohorte de confidentes, parece haberse quedado sin apenas seguidores en Panamá cuando está próximo a retornar al país.

Hernán Martín

Panamá, 9 dic.- El exgeneral Manuel Antonio Noriega, que hace poco más de 20 años era aclamado por multitudes y halagado por una cohorte de confidentes, parece haberse quedado sin apenas seguidores en Panamá cuando está próximo a retornar al país.

Sin tener en cuenta casos excepcionales como Mario Rognoni, quien fue ministro de Comercio cuando él era el "hombre fuerte" y que es uno de los pocos que se reconoce abiertamente como amigo del exdictador, en Panamá ahora es difícil encontrar gente de su lado.

Y los que se encuentran suelen ser gente humilde: taxistas que llevan una pegatina con la efigie de su perfil en la parte trasera del vehículo, repartidores o vendedores ambulantes, gente de edad que añora esos años de juventud en los que Panamá aún era un pueblo.

"Esa sí es una persona que yo admiro", dice en voz alta un recadero frente a una fotografía de Fidel Castro en unas oficinas de la ciudad de Panamá, antes de completar su frase: "A ese y a Noriega".

Pero este caso es cada vez más extraño.

Cuando está cercano el regreso de Noriega al país, el próximo domingo, 21 años después de haber sido capturado y humillado por las tropas estadounidenses que invadieron Panamá, que se lo llevaron como a un animal, esposado de pies y manos, vestido de overol verde sin insignias, es difícil encontrar seguidores suyos.

Ni siquiera es fácil hallarlos en el Partido Revolucionario Democrático (PRD), fundado por el general Omar Torrijos y cuya directiva apenas ha cambiado desde que Noriega era el "hombre fuerte" y esa agrupación hacía de brazo político de la dictadura.

Uno de esos pocos seguidores de Noriega que quedan, y que se muestra abiertamente orgulloso de ser su "amigo" y de haber mantenido contacto con él estos años es Andrés Lee González.

A Andrés Lee, de profesión buhonero y dirigente sindical de ese gremio, se le puede encontrar en un puesto de venta en la calle 17, junto al almacén El Tijerazo, en una de las zonas comerciales más populosas de la Avenida Central de la Ciudad de Panamá.

"Aquí lo esperamos los amigos", dice a Efe el vendedor junto a su puesto, que está empapelado con retratos del exgeneral y con carteles con lemas como: "Retorna el compatriota secuestrado por EE.UU. No permitamos que se repita con otro panameño".

Lee no entra en la diatriba de si Noriega "es inocente o no es inocente" de los numerosos delitos y violaciones a los derechos humanos por los que ha sido condenado, porque según él, "tienen confundido al pueblo panameño".

Pero sí está seguro de que después de que el exgeneral llegue a Panamá el próximo domingo, dará las explicaciones necesarias.

"Como Noriega dijo en Francia: 'Todo tiene su explicación'", asegura el humilde vendedor, que dice haber sido buhonero desde hace 67 años.

Sobre el contenido de las cartas que se ha cruzado con el exdictador dice que eran saludos "y cosas así", pero no trataban de "asuntos políticos ni militares", pero "para eso somos los amigos, para escribirnos cartas", agrega.

Noriega fue el último general que sojuzgó Panamá durante el periodo dictatorial inaugurado en 1968 por un golpe encabezado por el general Omar Torrijos, fallecido en 1981 en un accidente aéreo.

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