Los visados a inversores extranjeros no atraen corrupción, según Portas

  • Salpicado por una trama de corrupción que forzó la dimisión de un ministro, el Gobierno de Portugal defendió hoy, a través de su "número dos", Paulo Portas, que los visados para inversores extranjeros no son una vía para blanquear dinero y recordó que ya atrajeron 1.107 millones de euros.

Antonio Torres del Cerro

Lisboa, 20 nov.- Salpicado por una trama de corrupción que forzó la dimisión de un ministro, el Gobierno de Portugal defendió hoy, a través de su "número dos", Paulo Portas, que los visados para inversores extranjeros no son una vía para blanquear dinero y recordó que ya atrajeron 1.107 millones de euros.

En una larga comparecencia en el Parlamento, el viceprimer ministro aclaró que el llamado caso "Laberinto", que implica a varios altos cargos del Estado por sospechas de blanqueo de capitales y tráfico de influencias, es apenas un lunar en un programa que ha dado buenos resultados, aunque reconoció que puede haber "mejoras".

"Este Gobierno está abierto a mejoras y perfeccionamientos de un sistema que es relevante para atraer inversión, traer crecimiento y generar economía y empleo", constató.

Además de los 1.107 millones de euros invertidos en suelo luso, especialmente en inmuebles de lujo, el Estado portugués también ingresó 105 millones en impuestos desde que este plan se puso en marcha en 2012, según cálculos de Portas.

"La captación de ahorro externo para sustituir al endeudamiento interno ayuda al país", abogó el dirigente democristiano, quien aseveró que esos visados ayudaron a "sacar" de la crisis a dos sectores cruciales para la economía: el de la construcción y el inmobiliario, sacudidos por la recesión.

"Los arquitectos, los carpinteros, los obreros, los que venden materiales, son personas, no son números. Tuvieron oportunidad de trabajar por la inversión que generaron los Vistos Gold ("Visados de Oro")", agregó.

Cuestionado por los diputados de izquierda, que alegan que los "Visados de Oro" son un instrumento para promover delitos de "cuello blanco" como el blanqueo de capitales, Paulo Portas alertó que, si se da carpetazo a este programa, habrá repercusiones negativas para la aún maltrecha economía lusa.

"Acabar con este programa (...) es un error que será inmediatamente aprovechado por otros países que compiten con nosotros, exactamente en el mismo sector" de atracción de inversión foránea, alertó Portas, impulsor de los "Visados de Oro".

Citó casos de más de una decena de países de la Unión Europea (UE), entre ellos España, el Reino Unido, Holanda, Grecia o Bulgaria, e insistió en la validez del programa, a pesar de este borrón aislado. "Hay que distinguir el árbol del bosque", dijo.

Creados en plena crisis por el Gobierno conservador luso, los 1.600 visados para grandes inversores extranjeros, que tienen además el aliciente de permitir la libre circulación en el espacio Schengen, han recaído en su mayoría en ciudadanos chinos (80 %), pero también en brasileños o rusos.

Ante las críticas de los diputados de la izquierda marxista, Portas rehusó que el plan sea una vía para lavar dinero y evitó pronunciarse sobre la investigación del caso, argumentando que hay que dejar a la Justicia que "haga su trabajo".

Entre los once arrestados en esta trama se encuentran tres altos funcionarios del Estado portugués: el director nacional del Servicio de Extranjeros y Fronteras (SEF), Manuel Jarmela Palos; la secretaria general del Ministerio de Justicia, Maria Antónia Anes, y el presidente del Instituto de Registros y Notariado, António Figueiredo.

De todos ellos, el Tribunal de Instrucción Criminal de Lisboa decretó prisión preventiva para cinco: Figueiredo, el empresario chino Zhu Xiaodong, Jarmela Palos, Anes y el empresario portugués Jaime Couto.

La Fiscalía de Portugal, encargada de formalizar los cargos antes del juicio, decretó secreto del sumario.

El caso, que sale a la luz a un año de las elecciones legislativas, ya ha salpicado al Gobierno con la dimisión el pasado domingo del ministro de Interior, Miguel Macedo.

Pese a no ser investigado, decidió dejar su cargo al verse envuelto indirectamente en la trama por su amistad con Figueiredo -supuesto líder de la trama- y por la implicación del responsable del SEF, organismo dependiente de Interior.

Ante este nuevo golpe para el Ejecutivo luso, que ha sufrido tres dimisiones en un año y medio, el primer ministro, Pedro Passos Coelho, rehusó remodelar en profundidad su Gabinete y nombró a una jurista independiente, Anabela Rodrigues, como sucesora de Macedo.

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