Madoff pasa de reputado financiero de Wall Street a grabador de placas en una cárcel de Carolina del Norte

  • NUEVA YORK, 20 (del corresponsal de EUROPA PRESS, Emilio López Romero) Bernard Madoff alguna vez fue un respetado financiero de Wall Street e incluso llegó a ser el poderoso presidente del Nasdaq, pero ahora trabaja siete horas y media al día como grabador de placas en el centro correccional de la localidad de Butner, en Carolina del Norte, donde llegó hace una semana para cumplir una condena de 150 años de cárcel por la mayor estafa individual de la historia.

NUEVA YORK, 20 (del corresponsal de EUROPA PRESS, Emilio López Romero)

Bernard Madoff alguna vez fue un respetado financiero de Wall Street e incluso llegó a ser el poderoso presidente del Nasdaq, pero ahora trabaja siete horas y media al día como grabador de placas en el centro correccional de la localidad de Butner, en Carolina del Norte, donde llegó hace una semana para cumplir una condena de 150 años de cárcel por la mayor estafa individual de la historia.

Así lo asegura este lunes el periódico 'New York Post', que cita a familiares de algunos de los presos con los que comparte celda para contar el día a día de Madoff en prisión, donde al parecer ya se ha ganado el respeto de gran parte de sus compañeros aunque parece haber otro grupo que quiere "dar una paliza" al nuevo recluso para mantener intacta su reputación dentro del penal.

"Algunos de los chicos están hablando de darle una pequeña paliza, sólo para conseguir notoriedad", afirman las fuentes del 'New York Post', que sin embargo al mismo tiempo reconocen que entre otros presos Madoff ha causado cierta admiración por haber confesado sus delitos y haber asumido su culpa sin "llevarse de por medio" a terceras personas.

Las autoridades del centro penitenciario ya han asignado a Madoff un trabajo como grabador de placas entre las siete de la mañana y las dos y media de la tarde, y después dedica parte de su tiempo libre a descansar en el patio de la cárcel donde al parecer disfruta mucho viendo a otros compañeros como juegan al dominó.

El 'New York Post' asegura también que el financiero entre rejas más conocido del momento no consigue superar su tristeza por el daño que ha causado a sus familiares, amigos y gente de su entorno más cercano, pero sobre todo a su esposa Ruth, quien al parecer no le perdona que ahora los paparazzi no dejen de perseguirla.

Siempre según los mismos familiares de los presos citados por el diario, Madoff ha confesado que ahora cuando se mira en el espejo "se asusta" al ver a la persona que se encuentra en enfrente. "Llevo desde hace cuatro meses sin poder verme a mí mismo, y me asusto porque tengo pelo por todas partes", habría dicho a uno de los reclusos.

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