Malvinas mantiene su rutina al margen de los cruces entre Argentina y R.Unido

  • Los habitantes de las australes islas Malvinas parecen estar al margen de la tensión dialéctica entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía del archipiélago que les enfrentó en una guerra hace treinta años.

Buenos Aires, 6 feb.- Los habitantes de las australes islas Malvinas parecen estar al margen de la tensión dialéctica entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía del archipiélago que les enfrentó en una guerra hace treinta años.

A punto de cumplirse tres décadas del inicio del conflicto armado, el próximo 2 de abril, los vecinos de las islas, 2.913 según cálculos oficiales, continúan con su rutina mientras los Gobiernos de Londres y Buenos Aires protagonizan un intercambio de acusaciones que, de acuerdo con analistas de uno y otro lado del Atlántico, les ayudan a desviar la atención de los problemas de la política interna.

"De alguna manera estamos al tanto de lo que está pasando, pero eso no afecta a mi vida habitual", dijo hoy a Efe Sebastián Socodo, uno de los pocos argentinos que residen en las islas, ocupadas por los británicos desde 1833 y cuya soberanía reclama Argentina.

Para Socodo, casado con una nativa de Malvinas y que vive en el archipiélago desde hace una década, la escalada de declaraciones entre el Ejecutivo de David Cameron y el de Cristina Fernández no afecta "en absolutamente nada" a la realidad de los malvinenses.

Socodo es empleado municipal, hace labores de mantenimiento en el cementerio de Darwin -donde están los restos de 237 de los 649 argentinos caídos en la guerra de 1982- y trabaja recibiendo a turistas, quienes, asegura, no han mostrado temor alguno por viajar a este destino desde que en las últimas semanas Londres y Buenos Aires han aumentado el tono de su disputa.

Tampoco la llegada del príncipe Guillermo de Inglaterra el pasado jueves a las islas para continuar su instrucción militar como copiloto de helicópteros de rescate provocó ninguna reacción en especial entre los habitantes del archipiélago del Atlántico sur.

"Los habitantes de las Malvinas valoran que esté aquí, pero al igual que aprecian la presencia de todas las tropas británicas", dijo hoy a Efe la periodista Lisa Watson, del semanario local "Penguin News".

"Es más pintoresco tener al príncipe Guillermo aquí, pero somos gente tranquila", añadió Watson.

En declaraciones a Radio 10, de Buenos Aires, Dick Sawle, miembro de la Asamblea Legislativa de Malvinas, consideró que los renovados cruces entre los Gobiernos de Argentina y el Reino Unido son sólo "una guerra de palabras, nada más".

"En el fondo creo que Argentina es una nación pacífica y el Gobierno siempre ha dicho que nunca quiere tomar armas contra nosotros. Creo que esa es la verdad. Nosotros también somos gente muy pacífica y no queremos tener un conflicto como el de 1982", dijo Sawle.

Esta "guerra de palabras" se inició semanas atrás cuando Cameron acusó a Argentina de ser una país "colonialista" y Buenos Aires denunció a Londres por "depredar" los recursos naturales de las islas que "le pertenecen a Argentina" y desoír las resoluciones de Naciones Unidas que conminan a ambas partes a sentarse a negociar sobre la soberanía del archipiélago.

El paso siguiente de Londres fue anunciar el envío a Malvinas del HMS Dauntless, el destructor más moderno de la Marina Real británica, "una ostentación innecesaria de poder de fuego", según la posición argentina.

Para Bruno Tondini, catedrático de la Universidad Nacional de La Plata y miembro del Centro Argentino de Estudios Internacionales, en este nuevo capítulo de la disputa influye la crisis económica global y las necesidades de Cameron de justificar un aumento del gasto militar en momentos de ajustes generalizados.

El experto dijo a Efe que las islas -que obtienen ingresos por el turismo, la cría de ovejas y licencias de pesca y explotación petrolera- tienen desde hace cuatro años finanzas deficitarias y, si bien Londres no le gira fondos, el gasto británico en defensa colabora con la actividad económica del archipiélago.

El consejero Sawle dijo, sin embargo, que Malvinas tiene "una economía bastante fuerte y no necesita de ningún país, ni siquiera de Inglaterra, salvo para el tema de la defensa".

Las islas se conectan con el continente americano a través de un vuelo semanal desde Chile, un país que, junto a otros varios de Latinoamérica, apoyan el reclamo argentino de soberanía.

Fuentes diplomáticas negaron hoy que Argentina realice gestiones para suspender esos vuelos.

La guerra de Malvinas, de abril a junio de 1982, dejó 255 víctimas británicas, tres isleños y 649 argentinos.

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