Martinelli rompe el silencio para defender su "honra" y la de Panamá

  • El presidente panameño, Ricardo Martinelli, rompió hoy el silencio para rechazar las versiones que lo vinculan a una supuesta trama de sobornos que investiga la justicia de Italia y defender su "honra" y la de Panamá.

Panamá, 19 abr.- El presidente panameño, Ricardo Martinelli, rompió hoy el silencio para rechazar las versiones que lo vinculan a una supuesta trama de sobornos que investiga la justicia de Italia y defender su "honra" y la de Panamá.

"No me interesa ni lo necesito", respondió el gobernante a los periodistas en la sede de la Presidencia al negar que haya recibido sobornos a cambio de contratos de manos de Valter Lavitola, un antiguo colaborador del exprimer ministro Silvio Berlusconi investigado en su país por corrupción, entre otros delitos.

Flanqueado por su gabinete de Gobierno, Martinelli ofreció una rueda de prensa nocturna que abrió admitiendo que "sí" conoce a Lavitola, porque se lo presentó en 2009 Berlusconi como una "persona de su confianza", durante un almuerzo en el marco de una visita de Estado a Italia.

En esa comida había "seis panameños", entre ellos el vicepresidente Juan Carlos Varela, y "seis italianos", Lavitola, unos empresarios y otras personalidades, dijo el mandatario.

La relación con Lavitola fue "muy instrumental" porque, gracias a sus oficios, Panamá fue integrada en las negociaciones del acuerdo de asociación de Centroamérica con la Unión Europea, dijo Martinelli, que negó tener un vínculo personal con el exdirector del diario "Avanti".

También con la intervención de Lavitola, Panamá obtuvo la donación italiana de seis lanchas patrulleras que comenzarán a llegar al país en los próximos meses, añadió Martinelli.

Atribuyó las versiones publicadas sobre la trama de supuestos sobornos que lo involucran a él, a Mauro Velocci, exgerente de la empresa Svemark, de la que Lavitola "era asesor", dijo.

Svemark ofreció a Panamá construir unas cárceles modulares en un proyecto que no prosperó porque era muy costoso, explicó.

Velocci, un hombre de dudosa reputación según recalcó Martinelli, "no tiene moral para acusar a nadie", e intenta involucrarlo en el caso "por envidia, odio, venganza, porque no se ganó (el contrato de) unas cárceles", añadió.

Martinelli subrayó que ni él ni ningún funcionario panameño está "sindicado" en el caso contra Lavitola ni tampoco ha sido llamado por la Fiscalía de la ciudad italiana de Nápoles a declarar.

"En Italia están haciendo un proceso judicial y aquí un proceso político", afirmó el gobernante, al acusar a la oposición de explotar la situación en detrimento del país, que es al que "le está haciendo un daño".

"No me van a embarrar en algo en lo que no tengo nada que ver (...) la telenovela pronto va a terminar", sostuvo Martinelli.

Confirmó que entre el lunes y miércoles próximos el canciller encargado y ministro de Seguridad, Jose Raúl Mulino, viajará a Roma para fijar la posición del país.

El "Gobierno italiano nos tiene que dar una explicación", porque el acuerdo bilateral de cooperación firmado por su administración con el de Berlusconi permitió transacciones como la compra a la estatal Finmeccanica de 19 radares, seis helicópteros y un mapa digital por 250 millones de dólares, más la donación de cinco patrulleras guardacostas.

Según versiones de la prensa italiana, que cita fuentes de la investigación, Lavitola supuestamente actuó de intermediario en el contrato con tres filiales de Finmeccanica, lo que esa empresa niega.

Hoy mismo, medios italianos informaron de que Lavitola negó al juez del caso el pago de sobornos a funcionarios panameños, y que les llegó a entregar 600.000 dólares por una serie de operaciones comerciales lícitas.

La fiscal panameña anticorrupción Lizzett Chevalier se reunió este jueves en Nápoles con el viceprocurador Fausto Zucarelli, y con los fiscales del caso, Henry John Woodcock y Francesco Cursio, para solicitar formalmente copia del expediente Lavitola, según un comunicado oficial divulgado en Panamá.

La Procuraduría panameña abrió una investigación de oficio que busca determinar si algún funcionario local incurrió en corrupción.

"Ni yo ni nadie ha recibido un céntimo", insistió Martinelli, y añadió que "las puertas están abiertas" para cualquier investigación en Panamá o en Italia porque "no hay nada que esconder".

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