Más y mejor política para combatir indignación ciudadana (expertos)

  • El mejor antídoto para la indignación ciudadana contra los gobernantes es más y mejor política, recomiendan expertos, que alertan de los riesgos del populismo y de la deserción para la democracia y el estado de derecho en estos tiempos de crisis y cambios.

Y es que el problema central es la "mala política" y los individuos que la ejercen, recordó Gutemberg Martínez, el rector de la Universidad Miguel Cervantes de Chile, que este viernes promovió en Santiago un seminario para diseccionar la "Política en tiempos de indignación".

El título del seminario, dedicado al fallecido opositor cubano Oswaldo Payá, en el que a lo largo de la mañana se sucedieron ponentes para tratar de analizar las razones del desprestigio actual de la política, coincide con el título del último libro del sociólogo y filósofo español Daniel Innerarity, en el que hace un diagnóstico de las causas de dicho desprestigio y del nacimiento de los movimientos de los indignados.

Ahora, lo importante es conseguir que toda esa energía cívica "tenga transformaciones efectivas de nuestros sistemas políticos y nuestras democracias", dijo Innenarity.

Porque a aquéllos que optan por alejarse de los asuntos públicos, prefiriendo dedicarse a los privados, los 'idiotas', según la acepción primigenia griega, el sociólogo les advierte que el riesgo es que se desmantele lo público, los mercados tengan más poder que los electorados, las decisiones que les conciernen sean adoptadas sin criterios democráticos y no haya instituciones que articulen la responsabilidad política.

Esto, dijo, "sólo puede interesar a poderosos agentes económicos o a los embaucadores de los medios de comunicación".

"Hay mucha gente interesada en que la política no tenga ningún poder" y que sea "prescindible", advirtió, antes de recordar que algunos gobernantes deben su fuerza política al mismo rechazo de la política, como Silvio Berlusconi en Italia o Charles De Gaulle en Francia.

La población no debe llamarse a engaño. "Si no haces política te la terminan haciendo", avisó el senador español Salvador Sedó i Alabart, partidario de que la política "la hagamos entre todos", y quien invitó a los indignados a que "se comprometan a resolver las cosas y participen en la toma de decisiones".

La corrupción y la crisis económica están detrás del desprestigio de la política y de los políticos en la mayoría de los países. El caldo de cultivo para la desesperanza, el populismo y la rebelión, recordó el político catalán Josep Durán i Lleida, hasta hace poco socio del partido en el pasado gobierno de Cataluña.

"Urge una revisión del contrato social entre ciudadanos, partidos e instituciones" y "regenerar la democracia para que las personas y las familias puedan percibirla como el más válido de todos los instrumentos para la organización de la convivencia, fomentar la justicia social y emprender conjuntamente la consecución del bien común".

Al ciudadano le cuesta entender "por qué los partidos no colaboran para alcanzar el bien común", dijo, alertando de que la democracia está en "zona de riesgo".

Una cosa queda clara, sin embargo. Y es que "la política es el único poder al alcance de los que no tienen poder", recordó Martínez.

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