Matrimonio español presenta 12.000 firmas contra un impuesto feudal

Palma de Mallorca (España), 28 nov.- Un matrimonio español reunió más de 12.000 firmas a favor de la abolición del alodio, un impuesto feudal sobre viviendas o solares que se remonta al siglo XIII y que hoy continúa vigente en algunas regiones españolas, como la isla de Mallorca (en el Mediterráneo).

Xus Sastre y su mujer Beatriz, residentes en Mallorca, en el archipiélago español de las Baleares, llevan casi dos años luchando contra el alodio, y entregaron hoy al Parlamento de la Comunidad Autónoma balear la lista de los firmantes contra un impuesto que opinan es injusto.

El alodio sigue vigente en la isla de Mallorca y la región de Cataluña (noreste), procedente del derecho romano. Se trata de una carga sobre viviendas o solares por la que los descendientes de familias de la antigua nobleza pueden reclamar el pago de hasta un 2 % por cada trasmisión de propiedades dentro de lo que antaño fue territorio feudal.

Según Beatriz, que trabaja como administrativa en un hospital, cuando ella y su marido compraron su casa "el notario nos avisó de que existía el alodio, pero nos dijo que no se cobraba, que no nos preocupásemos porque nadie nos lo iba reclamar".

La sorpresa surgió cuando dos años después de adquirir la casa recibieron una carta de un bufete de abogados en la que se exigía el pago de 1.800 euros (unos 2.450 dólares) en nombre de su clienta, la marquesa de Campo Franco, en concepto de alodio.

El pasado octubre, un Juzgado de Palma de Mallorca desestimó la demanda interpuesta por la marquesa para hacer valer su derecho a reclamar el pago del impuesto.

Sin embargo, el matrimonio no consiguió eliminar la anotación de alodio que figura en la hoja de registro del Registro de la Propiedad, dado que solo se puede hacer si la marquesa accede o lo ordena un juez.

La pareja ha dedicado muchas horas a investigar en archivos y a consultar con profesionales del Derecho los más variados aspectos del impuesto medieval, y según han constatado, su aplicación está más extendida de lo que imaginaron en un principio.