MINUSMA asegura que el atentado de hoy no le disuadirá de continuar su misión

Bamako, 11 jun.- El jefe de la misión de Naciones Unidas en Mali (MINUSMA), Albert Koenders, aseguró hoy en un comunicado que el atentado perpetrado hoy contra un cuartel de los cascos azules en el norte de Mali, en el que murieron cuatro soldados, no disuadirá a la ONU de continuar con su misión de paz.

"Este atentado no disuadirá a la MINUSMA de su misión para el restablecimiento de la paz y de la seguridad en Mali", declaró Koenders en un comunicado de la organización.

Según la nota, cuatro cascos azules murieron y otros diez soldados resultaron heridos en un atentado suicida perpetrado en la localidad maliense de Aguelhoc, en la provincia septentrional de Kidal.

Anteriormente, una fuente de la oficina de información de la MINUSMA había informado a Efe que dos de las víctimas mortales eran cascos azules chadianos y las otras dos soldados malienses.

La nota de la MINUSMA no ofrece, sin embargo, ningún detalle sobre la nacionalidad de los fallecidos, aunque una fuente militar maliense declaró a Efe que son miembros de las tropas chadianas acampadas en el cuartel militar de la MINUSMA en la localidad.

Según el comunicado de la misión de la ONU, un suicida al volante de un coche bomba detonó la carga explosiva que transportaba en la entrada del acuartelamiento de las fuerzas de paz.

Entre los heridos, seis trabajan para la MINUSMA y los otros cuatro son soldados de las Fuerzas Armadas de Mali.

Koenders, que es también el representante especial del secretario general de la ONU para Mali, ha condenado el ataque y lo ha calificado de "cobarde y odioso".

"Estoy impactado porque soldados valientes que trabajan por la paz han sido golpeados de nuevo", subrayó el responsable de Naciones Unidas.

Según la fuente militar maliense, en dicho acuartelamiento se encuentran bloqueados más de 200 soldados desde los enfrentamientos que comenzaron el 17 de mayo en la capital de Kidal entre el Ejército y grupos armados rebeldes.

Coincidiendo con la visita del primer ministro maliense, Musa Mara, a la ciudad de Kidal, principal feudo de los rebeldes tuaregs, estallaron unos enfrentamientos, que se prolongaron tres días, y en los que los milicianos se impusieron a las fuerzas regulares.

Como consecuencia de los choques, que concluyeron gracias a la mediación inmediata de la MINUSMA y la Unión Africana, las fuerzas insurgentes se hicieron con el control de Kidal y otras poblaciones de la región, ante la impotencia de los militares malienses, muchos de los cuales buscaron refugio en los cuarteles de los cascos azules.