Montserrat González, sobre Isabel Carrasco: "La mataba o enterraba a mi hija"

    • La asesina confesa de quien fuese presidenta de la Diputación de León asegura en la primera sesión del juicio que no se arrepiente de haberle disparado cuatro tiros.
    • "Mi hija lo estaba pasando muy mal. Estaba muy deprimida porque la acosaba. Por eso decidí que la mataría", dijo.

Montserrat González, asesina confesa de la que fuera presidenta de la Diputación de León Isabel Carrasco, habló con la voz firme, aunque lentamente. Abatida, pero con la suficiente claridad como para que todos la escucharan, dijo sin un ápice de remordimiento: "O la mataba o enterraba a mi hija".

Este lunes se ha celebrado la primera sesión del juicio que tiene como acusada de asesinato a González, quien disparó hasta cuatro veces y por la espalda contra Carrasco, el pasado12 de mayo del 2014. Según la agresora, la víctima le hacía la vida imposible y acosaba sexualmente a su hija Triana Martínez.

Su abogado solicita apenas ocho años de cárcel por el supuesto atenuante de que actuó por culpa del delirio que padece desde hace tiempo. Sin embargo, durante la hora y media que duró el interrogatorio, los miembros del jurado pudieron escuchar a una mujer destrozada, pero que sabía perfectamente lo que hacía. Sus palabras fueron realmente espeluznantes, y retumbaron en un recinto que quedó perplejo.

"Mi hija lo estaba pasando muy mal. Estaba muy deprimida y temí tener que enterrarla un día. Por eso decidí que la mataría", afirmó la acusada, de 60 años de edad.En la primera parte de su declaración, describió el acoso que sufrió su hija por parte de Carrasco, y situó el inicio de la mala relación la noche que, según ella, la presidenta de la Diputación invitó a su hija a casa y le intentó besar en la boca.

"Mi hija salió corriendo de aquella casa. Y allí empezó todo. Perdió más de 25 kilos. Estaba mal, muy mal. Y yo tenía miedo", dijo Montserrat, quien recordó en pleno juicio cómo la hija de una buena amiga suya se suicidó tirándose a las vías del tren, por una depresión, y cómo junto a su marido asistió al entierro de los hijos de dos policías nacionales. "Mi hija iba a ser la siguiente. Y no lo iba a permitir",afirmó.Mientras hablaba, su hija lloraba sin consuelo en la sala de audiencias. Triana Martínez también está acusada por el hecho, junto a la policía municipal Isabel Gago, que habría participado del mismo para encubrirlo.

La defensa de ellasha atribuido hoy el origen del crimen al acoso sexual que la víctima sometió a Triana., y a la animadversión posterior de la regidora a raíz de verse rechazada. De hecho, el defensor, durante la exposición de los escritos de calificación provisional en la primera sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de León por el procedimiento de jurado popular, ha advertido de que la relación entre ambas "fue buena" hasta que Carrasco "demandó relaciones sexuales, agarrando a Triana por la cintura con fuerza" y le dijo: ¡"Piensa lo que haces, conmigo tienes mucho que ganar y poco que perder!".

Desde ese momento, siempre según la versión de madre e hija, "comenzó un calvario para Triana porque Isabel Carrasco no aceptó ser rechazada" y comenzó el supuesto acoso laboral, personal y judicial que terminó con su muerte a manos de Montserrat González."LA ÚNICA VÍCTIMA ES CARRASCO"

Sin embargo, tanto la Fiscalía como la acusación particular reprochan a la defensa de madre e hija que su línea argumental pretende juzgar a la víctima. "Fuera como fuera Isabel Carrasco, nadie la puede matar, no existe ningún motivo para justificar un asesinato y menos de esa forma tan cobarde", ha aseverado el fiscal, mientras que Beatriz Llamas, letrada de la acusación particular, ha insistido en que "la única víctima es Isabel Carrasco. Una persona ha muerto y nada puede justificar un crimen".

La Fiscalía sostiene que la muerte de Isabel Carrasco se produjo por la "animadversión" que las acusadas Montserrat y su hija Triana sentían hacia ella, a la que culpaban de utilizar su posición como presidenta de la Diputación Provincial y del Partido Popular de León para perjudicar a Triana cuando trabajó en la institución y reclamarle después diferencias salariales por dicho trabajo, así como en sus aspiraciones profesionales y políticas.

Así, aboga por que las tres mujeres implicadas sean condenadas por un delito de asesinato, en concurso con otro delito de atentado, a 20 años de prisión, así como a tres años más de cárcel por otro delito de tenencia ilícita de armas.

La defensa de Montserrat y Triana, por su parte ha solicitado, además, la libre absolución de Martínez porque, según sostiene, es únicamente culpable de un delito de encubrimiento que queda impune porque afecta a su madre.

En el caso de la defensa de la agente de Policía Local Raquel Gago, su letrado ha solicitado la libre absolución de su patrocinada por su "ausencia de participación" en los hechos. "Todas las acusaciones son mentira", ha insistido en sus calificaciones provisionales el abogado Fermín Guerrero.

El 12 de mayo de 2014, "a escasa distancia y por la espalda", Montserrat disparó a su víctima cuatro veces con un revólver, tres de los disparos le alcanzaron, el primero le afectó al ventrículo izquierdo del corazón y, después, para rematarla y tras agacharse sobre ella, Montserrat disparó en la mejilla izquierda y en la parte posterior de la cabeza.

Las heridas provocadas por los disparos resultaron "mortales de necesidad", el primer y el tercer impacto, y causaron la muerte de Isabel Carrasco de forma "casi inmediata" por "shock hipovolémico y destrucción de centros nerviosos superiores".Después de efectuar los disparos, Montserrat González introdujo el arma en un bolso bandolera y volvió sobre sus pasos. Se dirigió, tras cruzar el paseo de la Condesa Sagasta, por las calles Lucas de Tui y Colón hasta llegar al pasadizo que existe entre la plaza del Mercado de Colón y la avenida Gran Vía San Marcos, donde se despojó de la parka, gorro, guantes y gafas, con las que se ocultó para cometer el crimen, y entregó el revólver, pañuelo y bolso a su hija Triana, que allí le estaba esperando.

Por su parte, Triana introdujo el bolso que le había dado su madre en otro bolso de lona más grande y, sobre las 17.19 horas, con un móvil Nokia tarjeta prepago, que no estaba registrado a su nombre, hizo una llamada telefónica de 17 segundos a Raquel Gago.Triana se encontró con Raquel Gago sobre las 17.25 horas del mismo día, en la calle Lucas de Tui. La agente de policía local abrió su coche allí aparcado y Triana depositó allí el bolso grande en el que se encontraba el arma homicida, así como otros enseres."LAS TRES ERAN NECESARIAS"

Según la Fiscalía y la acusación particular, las tres mujeres elaboraron de forma conjunta "un plan".Raquel Gago conocía los propósitos homicidas de las otras dos y colaboró con ellos por amistad a Triana. "Las tres eran necesarias, cada una con su perfil, para llevar a cabo su fin, que era asesinar a Isabel Carrasco y quedar impunes".

No obstante, según la defensa de Gago, ésta no conocía los planes de la autora confesa y su hija y "no se encontraba en la calle Lucas de Tui esperando a nadie. No ocultó nada en su coche de forma previamente concertada, ni participó en un seguimiento a Isabel Carrasco".

Lo que sí está probado es que Raquel Gago no entregó el arma homicida hasta 30 horas después de cometerse el crimen. El 13 de mayo 19.20 horas llamó a un policía nacional y dijo que había encontrado de forma casual el arma en su coche.

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