Morate amenazó a otra novia con publicar fotos de ella desnuda si le dejaba

Fueron novios durante cuatro años, pero la historia se acabó. La acabó ella. No sabía que los quince días después de dejarle la situación iba a ser insoportable. Llamadas constantes, amenazas… hasta que un día Morate llamó para calmar las cosas, al menos eso era lo que ella pensaba. Lo que se encontró la chica al llegar a la casa de Morate fue más una encerrona que otra cosa.

Lo que iba a ser un encuentro amistoso se convirtió en una encerrona planeada durante toda una semana. Morate no aceptaba la ruptura. Su idea era chantajear a la que era su novia antes de Marina con publicar unas fotos de ella desnuda para que las vieran en todo Cuenca si ella no volvía con él.

Pero necesitaba esas fotos así que la retuvo y la amenazó hasta que logró su objetivo: las fotos del chantaje. Esto le llevó a la cárcel conforme a la sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de Cuenca que le condenó a cuatro años de cárcel de los que cumplió 18 meses.

Morate no aceptaba bajo ningún concepto que le dejaran. Los hechos que se van conociendo de sus delitos probados, sus declaraciones a compañeros de la cárcel y los hechos que le han llevado a ser el principal sospechoso de las muertes de Marina y Laura así lo demuestran.

Todo empieza a encajar a la hora de realizar un perfil de este joven, sin problemas de dinero y aparentemente integrado socialmente. Su punto débil era afrontar que una mujer pudiera dejarle. Los antecedentes penales y el paso por prisión de Sergio Morate han coincidido siempre con el componente sexual. El historial delictivo empieza en 2008 cuando con 22 años secuestró y amenazó a su novia porque no soportaba que le dejara. Se enfrentó a cuatro años de cárcel, en lugar de siete, y pasó 18 meses en prisión. No hubo acusación por delito sexual y solo se le consideró autor de un delito de amenazas continuadas y detención ilegal. Pensar en esta retención por la que fue condenado con las perspectiva de lo que ahora ha ocurrido provoca escalofríos.

Todas estas circunstancias dan más relevancia a las 'confesiones' de Morate a otro preso en la cárcel de Cuenca, en la que se mostraba arrepentido pero luego señalaba que estaba en prisión por culpa "de una guarra". Y convierten en más esclarecedoras para saber su personalidad cómo se refería a las mujeres en la cárcel, tal y como desveló lainformacion.com.

Frases como "las mujeres son seres sentimentales e inútiles", "a mí me deja mi mujer o mi novia y la mato", "las mujeres solo sirven para limpiar, fregar y el sexo".

Estas nuevas revelaciones se unen pues a la visión que tenía Morate de su relación con las mujeres, su idea de que no podían imponerse a los hombres, de que debían ser educadas para que supieran quién manda y estar al servicio de los hombres. Y lo más grave, que la mujer que quisiera rebelarse y no someterse a esta mentalidad lo iba a pagar.

"Se iba a acordar toda su puta vida". Si le dejaban las cosas se tenían que arreglar por las buenas o por las malas.