"Estamos listos, más que en el 2013", sostiene uno de sus principales líderes, Luigi di Maio, en una charla con la AFP.
El movimiento, que alcanzó el 25,5% de los votos en las lecciones legislativas de febrero de 2013, convirtiéndose en la segunda fuerza política de Italia, está cambiando de rostro, se presenta más serio y escrupuloso, pese a la pérdida de un tercio de sus parlamentarios.
Entre sus líderes más carismáticos figura el napolitano Di Maio, 29 años, vicepresidente de la Cámara de Representantes, el más joven en ese cargo en la historia italiana.
De buena presencia, impecablemente vestido de traje y corbata, Di Maio, diplomado en derecho y buen orador, se parece muy poco a Grillo, conocido por su lenguaje variopinto y crudo y sus groserías sin censura.
A fines del 2014, tras una crisis interna, Grillo, que no es parlamentario, tomó distancias de la dirección cotidiana del partido.
Al contrario de Grillo que amenazaba con salir de la zona euro, Di Maio se muestra prudente, sobre todo después del acuerdo que el primer ministro griego Alexis Tsipras firmó con los acreedores.
"Nuestra línea no prevé la salida del euro", explicó Di Maio.
Una eventual salida del sistema monetario único está prevista sólo si "siguen estrangulando nuestra economía", recalcó el joven dirigente.
El euro es pues "reformable", un tema que suscita tensiones con el primer ministro de centro-izquierda Matteo Renzi, a quien acusan de tener poca "autoridad" en Europa.
El mediático primer ministro italiano es el principal adversario del movimiento Cinco Estrellas de cara a las elecciones del 2018.
Los "grillini", como suelen ser llamados, ya administran 16 alcaldías, entre ellas Livorno y Parma, donde introdujeron un original sistema de impuesto "participativo".
Los parlamentarios y alcaldes del movimiento además renuncian a la mitad de sus salarios, un ejemplo en un país que concede numerosos privilegios a la llamada "casta" de los políticos.
Con ese fondo han reunido 10 millones de euros para el micro crédito, otorgando pequeños préstamos a cerca de 8.000 personas.
"No se trata de populismo. Se trata de responder a las preocupaciones de los electores y de escuchar sus propuestas", explicó.
Otro proyecto, que salió del movimiento, a través de su sistema de consulta on-line, es el del adoptar un salario mínimo de 780 euros.
Según di Maio el movimiento sigue creciendo en la península porque la clase política está sorda y ciega ante los cambios y exigencias de los ciudadanos, separada por un "muro de goma", dijo.
La nueva ley electoral, que entra en vigor en 2016, es posible que termine por favorecerlos, ya que otorga ventajas notables a las dos mayores fuerzas votadas.
"Venceremos porque hay mucha porquería entre los políticos", sostiene el joven diputado, en el momento en que recibe una alerta noticiosa en su teléfono móvil.
Un despacho de agencia informa que el Senado rechazó anular la inmunidad a un senador de centro-derecha perseguido por la justicia, gracias a los votos de numerosos senadores de centro-izquierda.
"Ves, todo sigue igual, nada ha cambiado", comenta el dirigente de Cinco Estrellas.
ob-kv.zm
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