Muchos reproches y pocos avances en la cumbre de la OSCE centrada en Ucrania

  • Dos días de reuniones ministeriales en la OSCE concluyeron hoy con escasos acuerdos y muchas acusaciones mutuas entre Occidente y Rusia sobre el papel de cada cual en el conflicto de Ucrania.

Luis Lidón e Isabel Saco

Basilea (Suiza), 5 dic.- Dos días de reuniones ministeriales en la OSCE concluyeron hoy con escasos acuerdos y muchas acusaciones mutuas entre Occidente y Rusia sobre el papel de cada cual en el conflicto de Ucrania.

Si ayer el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, dijo que a nadie interesaba ver a Rusia "aislada por sus propias acciones", hoy el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, contestó que Moscú no es parte en el conflicto y citó sus 20 encuentros bilaterales en la cumbre para negar cualquier soledad diplomática.

"No he sentido ningún aislamiento en esta reunión", dijo Lavrov, recalcando que sólo pudo estar una hora en el plenario de la cumbre debido a las reuniones bilaterales concertadas, entre ellas con EEUU, la Unión Europea (UE), España y Suecia.

"No creo que se pueda hablar de aislamiento, más bien, incluso, de un exceso de comunicación", sostuvo.

"Nuestros colegas occidentales, algunos países de Europa, pero los estadounidenses en primer lugar, si quieren tratar de presentarnos como los principales culpables, que es lo que hacen constantemente, deben saber que eso no va a funcionar", indicó Lavrov en una concurrida rueda de prensa.

Las acusaciones cruzadas se producen cuando las relaciones entre EEUU y la Unión Europea con Rusia están en su punto más bajo desde la Guerra Fría, con Moscú sometido a sanciones por su anexión de Crimea y su respaldo a los separatistas en el este de Ucrania.

El jefe de la diplomacia rusa criticó en varias ocasiones a Occidente porque, según argumentó, trataba de culpar a Moscú del conflicto en el este de Ucrania por razones "ideológicas".

"Rusia no tiene responsabilidad de lo que hagan los separatistas en el este de Ucrania", afirmó.

La OTAN, EEUU y la Unión Europea sostienen que Rusia ha enviado tropas y material a los secesionistas para tratar de torpedear el acercamiento del país a Bruselas.

Kerry llegó a decir ayer que "cientos de soldados rusos han luchado y muerto en un país en el que no tienen derecho a estar", al describir la implicación de Rusia en el conflicto.

Lavrov, por su parte, solicitó hoy a los aliados occidentales de Ucrania que presionen a Kiev para una reforma descentralizadora que otorgue una amplia autonomía a las regiones rusófonas del este.

Con estas diferencias, a nadie ha sorprendido que la reunión ministerial concluyese sin una "declaración conjunta", un documento que solo se puede adoptar por unanimidad entre los 57 estados de la OSCE.

El ministro ucraniano de Exteriores, Pável Klimkin, afirmó hoy a los periodistas que la cumbre había demostrado que todos los países de la OSCE excepto Rusia mostraron solidaridad con Kiev y culpó a Moscú de haber bloqueado una declaración final común.

"Hemos recibido en la conferencia el apoyo y la solidaridad de todos los países con excepción de Rusia", aseguró.

En lo que han coincidido países que no suelen coincidir, como Ucrania y Rusia, es en la necesidad de cambiar las estructuras de seguridad en Europa para adaptarlas a los desafíos del siglo XXI.

Sin embargo, el contenido de sus propuestas es diametralmente distinto.

Klimkin abogó por convertir a la OSCE en un foro "realmente político, capaz de reaccionar ante los desafíos de seguridad en Europa" y de hacer cumplir sus principios, como la integridad territorial.

Por su parte, Lavrov pidió crear un nuevo foro de diálogo para debatir sobre la seguridad euro-asiática y dijo que "muchas delegaciones mostraron interés" en esta idea.

"Hemos tenido dos días de diálogo, lleno de un debate franco y a veces acalorado, pero siempre con la visión de buscar puntos en común", resumió el tono de la conferencia el presidente de turno de la OSCE, el suizo Didier Burkhalter.

"Siguen existiendo grandes diferencias sobre el análisis de la crisis" en Ucrania, reconoció Burkhalter en su discurso de clausura del foro.

Una de las escasas decisiones adoptadas por unanimidad es la creación de un "grupo de sabios" que presente ideas sobre cómo reforzar la seguridad en el espacio de la OSCE, que se extiende desde Vancouver (Canadá) hasta Vladivostok (Rusia).

Estos expertos comenzarán a trabajar a principios de 2015 bajo la coordinación del diplomático alemán Wolfgang Ischinger, presidente de la renombrada Conferencia de Seguridad de Múnich.

En 2009 la OSCE ya lanzó un debate sobre una posible nueva estrategia de seguridad en Europa y la propuesta rusa de un tratado que regulara esa nueva política.

Esa iniciativa, conocida como el "proceso de Corfú", ha acabado en una vía muerta por los temores occidentales de que Moscú tratase con esa nueva estructura de seguridad de entorpecer el funcionamiento de la OTAN. EFE

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