Un multitudinario motín en una cárcel de Brasil deja 60 muertos entre los reclusos

  • La pelea entre bandas por el control de la droga se produjo en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim y se prolongó durante unas 17 horas.

    Varios funcionarios fueron retenidos como rehenes durante la sangrienta reyerta. Hubo decapitaciones, amputaciones y mucha sangre para mandar un mensaje al clan rival.

Centro penitenciario Anísio Jobim en Brasil (Seap/Divulgação)
Centro penitenciario Anísio Jobim en Brasil (Seap/Divulgação)
L.I.
L.I.

60 personas han muerto en una violenta reyerta entre bandas enfrentadas en Brasil. El suceso sucesos ha tenido lugar en el Complejo Penitenciario Anísio Jobim, en la ciudad brasileña de Manaos, en una palea que se inició el domingo 1 de enero y se prolongó durante 17 horas.

El motín ocurrió en el complejo penitenciario Anisio Jobim, en una zona periférica de Manaos, que se convirtió en un infierno.

El sangriento enfrentamiento es consecuencia de una guerra entre facciones criminales dentro de la prisión. En concreto se apunta a una guerra entre los clanes de la Família do Norte (FDN) y del Primeiro Comando da Capital (PCC).

Fuentes del Gobierno regional citadas por el diario O Globo hablan, efectivamente, de una pelea entre esas bandas por hacerse con el control del tráfico de drogas, negocio del que viven tanto dentro como fuera de las cárceles.

"Es la mayor matanza cometida en una prisión de la Amazonía", afirmó el secretario de Seguridad Pública de Amazonas, Sergio Fontes, quien asegura que los grupos de narcotraficantes se disputan dinero y territorio.

Las imágenes que ha dejado el motín son dantescas. Presos decapitados, miembros amputados, sangre por el suelo... El vídeo que se muestra a continuación muestra cómo el centro penitenciario se convirtió en una carnicería (advertencia: las imágenes están pixeladas pero pueden herir su sensibilidad):

Se han contabilizado hasta siete cadáveres decapitados. A otros se les amputaron los brazos y las piernas. Las imágenes que se han ido conocido dan una muestra de la brutalidad empleada. Se han visto cadáveres amontonados llenos de sangre, cuerpos metidos en cubos de basura y otros quemados. 

Entre los fallecidos figura el expolicía Moacir Jorge Pessoa da Costa, conocido por el alias de 'Moa' y vinculado a una red criminal liderada por el exdiputado Wallace Souza, según G1.

Las autoridades creen que la violencia ha sido extrema para mandar un mensaje a la banda rival.

Varios funcionarios de la prisión fueron retenidos al principio del motín como rehenes. No obstante, todos fueron liberados sin sufrir heridas, salvo uno que fue rozado por un disparo y tuvo que ser hospitalizado. 

El secretario de Seguridad del Estado de Amazonas, Sérgio Fontes, explicó que los presos "solo pedían que no hubiera excesos cuando entrara la Policía Militar (...) Creemos que ya habían hecho lo que querían, que era matar a esa cantidad de miembros de la organización rival y querían la garantía de que no serían agredidos por la policía".

Familiares de los reclusos se concentraban a las puertas del centro penitenciario para conocer detalles sobre la situación de los suyos. En estas imágenes se puede ver la desesperación de algunas mujeres: 

El ministro de Justicia de Brasil, Alexandre de Moraes, ya advirtió en octubre que las guerras entre clanes rivales podían generar conflictos tanto dentro como fuera de las prisiones del país. De hecho, el Gobierno transfirió hace unos meses a algunos presos de unas cárceles a otras para evitar reyertas. Decenas de presos huyen de la cárcel antes del motín

El Ejecutivo brasileño calcula que existen hasta 25 grupos organizados en las prisiones del país. Forman facciones y se agrupan entre sí para exigir determinadas concesiones a las autoridades.

Las autoridades lograron salvar la vida de unos 12 rehenes y patrullaban la zona en busca de decenas de presos que escaparon una hora antes de que comenzara el motín, el domingo, en un hecho que aún no se sabe si tiene conexión con la matanza. De los 87 reos que fueron reportados como fugitivos, unos 40 ya habían sido capturados.La superpoblación carcelaria es un peligro constante

"El problema empieza por la superpoblación carcelaria", consideró Marcos Fuchs, director adjunto de la ONG de Derechos Humanos Conectas, que tiene un área dedicada a vigilar los derechos humanos en las cárceles brasileñas.

"Cuando colocas en una misma unidad penitenciaria a reos de dos facciones rivales, el Estado no tiene control alguno de lo que ocurre allí dentro y quien comanda es el crimen organizado", afirmó Fuchs.

Abogado especialista en derechos humanos, Fuchs explica que las disputas externas por el control del narcotráfico acaban saldándose dentro de las prisiones, donde los internos se encuentran hacinados.

En octubre pasado, enfrentamientos entre distintas facciones dentro de una cárcel del estado de Roraima, también en el norte del país, dejaron al menos 25 muertos.

Brasil tiene la cuarta mayor población penal del mundo, detrás de Estados Unidos, China y Rusia.

De acuerdo con un estudio del Ministerio de Justicia, que detalla que la mayoría de los presos son jóvenes negros, la población carcelaria era de 622.000 personas a fines de 2014 en Brasil.Brasil necesita un 50% de plazas más

Para enfrentar la superpoblación de sus establecimientos carcelarios, el gigante sudamericano debería aumentar en 50% el número de plazas en las penitenciarías. En el estado de Amazonas, con una población carcelaria superior a los 8.800 individuos, las cárceles albergan 2,59 presos por cada lugar disponible.

Además de facilitar el contacto entre integrantes de pandillas rivales, la superpoblación "trae problemas psicológicos, enfermedades, problemas en la alimentación, en las condiciones de vida, y provoca una falta de re-socialización, de oportunidades de trabajo" para los detenidos, apunta Fuchs.

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