Mujica anuncia relevo de comandante de la Armada por "razones de confianza"

  • El presidente de Uruguay, el exguerrillero José Mujica, anunció hoy el relevo del comandante en jefe de la Armada (Marina), Alberto Caramés, por "razones de "confianza", en un nuevo coletazo del escándalo de corrupción que en 2010 significó la salida del anterior comandante.

Montevideo, 14 may.- El presidente de Uruguay, el exguerrillero José Mujica, anunció hoy el relevo del comandante en jefe de la Armada (Marina), Alberto Caramés, por "razones de "confianza", en un nuevo coletazo del escándalo de corrupción que en 2010 significó la salida del anterior comandante.

Mujica anunció que Caramés, de 59 años, ha pasado voluntariamente a retiro con el objetivo de "dejarle las manos libres al poder Ejecutivo para intentar procesar una suturación en materia de confianza dentro de este cuerpo" y expresó su "íntimo convencimiento de que la cadena (de corrupción) se corta acá".

El jefe de Estado uruguayo, del bloque izquierdista Frente Amplio, hizo el anuncio en una de las escasas ruedas de prensa en las que ha participado desde que asumió el poder el 1 de marzo de 2010, ya que las anteriores fueron casi todas en visitas de otros presidentes o en cumbres de mandatarios.

El gobernante, de 76 años, anunció que Caramés será sustituido por el contraalmirante Ricardo Giambruno, actual director general de Material Naval, mientras que el Gobierno ha decidido también "pasar a disponibilidad" a los contraalmirantes Manuel Burgos y Federico Lebel, como parte de la transformación interna del cuerpo.

Los detalles sobre la salida de Caramés serán explicados este lunes por la tarde por el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, en una comparecencia ante la Comisión de Seguridad del Senado, explicó Mujica.

El presidente subrayó su esperanza de que "estas decisiones definitivamente enmarquen a la Marina uruguaya en un período de poder recobrar entre su cuerpo de oficiales la confianza indispensable en una institución que se debe mover con verticalidad".

Mujica admitió asimismo que hubiera querido que la justicia que investiga los casos de corrupción detectados en la Armada justo desde que él llegó al poder hubiera emitido ya un fallo antes de tomar esta última decisión.

La crisis de confianza en la marina uruguaya comenzó en julio de 2010, cuando una investigación judicial iniciada gracias a una denuncia anónima sacó a la luz, entre otra larga serie de irregularidades, una extensa maniobra de fraude para efectuar compras falsas de material desarrollada por varios oficiales.

Por este caso, la Justicia ordenó procesar al excomandante de la Armada Juan Fernández (2006-2010), así como a otros tres altos oficiales del cuerpo.

Los cuatro fueron acusados de participar en una estafa millonaria en la adquisición de una grúa hidráulica y un banco de pruebas para motores por más de 600.000 dólares a empresas y proveedores inexistentes.

Fuentes de la fiscalía sostuvieron entonces que acciones similares podrían haber costado a la Armada hasta 7 millones de dólares.

El sustituto de Fernández, Óscar Debali, dimitió en agosto de ese año y fue sustituido el 1 de septiembre por Caramés, que tuvo que asumir "una jefatura de transición en tiempos de crisis", como la definió hoy Mujica.

Debali dejó el cargo tras conocerse que un sobrino suyo, también militar, iba a ser procesado por realizar maniobras ilícitas en el seno de la fuerza, todas ellas vinculadas a los movimientos detectados semanas antes.

El pasado jueves el semanario uruguayo Búsqueda reveló que la fiscal especial del crimen organizado Mónica Ferrer solicitó a la jueza Graciela Gatti, que investiga esos casos, el procesamiento con prisión del excomandante de la Armada Hugo Viglietti, de seis oficiales y de 13 de sus proveedores por 18 compras fantasma.

Viglietti ejerció de comandante interino durante los días posteriores a la dimisión de Debali y antes de la asunción de Caramés.

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