Muñoz Machado dice que hoy no hay posibilidad de referéndum independentista

  • El jurista y experto en la organización territorial del Estado Santiago Muñoz Machado ha asegurado que "no hay ninguna posibilidad de convocar, en términos constitucionales, un referéndum de contenido independentista o segregacionista", si no se reforma la Constitución.

Madrid, 1 ene.- El jurista y experto en la organización territorial del Estado Santiago Muñoz Machado ha asegurado que "no hay ninguna posibilidad de convocar, en términos constitucionales, un referéndum de contenido independentista o segregacionista", si no se reforma la Constitución.

Así se ha expresado en una entrevista con EFE tras la publicación de su último libro, "Informe sobre España", en el que constata el proceso de deterioro de las instituciones constitucionales: desde los parlamentos al Tribunal Constitucional.

Muñoz Machado ha dicho que los promotores de ese referéndum deben proponer la modificación de la Constitución y que "los españoles acepten".

Ha alertado, no obstante, de que "el principio democrático obliga a atender a aquellas partes de los territorios que quieren separarse del Estado", pero "el principio constitucional impone que las decisiones que se adopten sean por los cauces que la Constitución establece".

Aunque no se ha querido manifestar sobre si la Generalitat lo propondrá pese a todo, ha subrayado que si lo hacen "se va a organizar una crisis gravísima en España y ya verá el Gobierno central la respuesta que puede dar".

Respecto a la actitud que podría adoptar el Ejecutivo vasco sobre esta cuestión, Muñoz Machado ha opinado que no cree que se sume a pedir un referéndum sobre la autodeterminación.

"Parece -ha añadido- que ahora está muy tranquilo y bastante sensato e integrador, aunque mantenga viva su reivindicación nacionalista, pero lo hace con bastante poca tensión".

Para el también académico de la Lengua y de la de Ciencias Morales y Políticas, el Estado autonómico debe ser revisado y es necesario hablar de "su crisis", que no es de ahora.

"Son crisis que estaban más o menos larvadas y disimuladas -ha añadido- por estar en un estado rico, de ciudadanos plutócratas que hemos sido hasta hace poco".

Pero, ha añadido, cuando "nos hemos hecho pobres, la crisis económica ha quitado el velo que tapaba la situación y se ha descubierto que estábamos viviendo debajo de un polvorín institucional" y que "no podemos aguantar nuestras propias infraestructuras, ni el gasto del Estado del bienestar, ni el autonómico tal y como lo hemos constituido".

En su opinión, la situación se puede corregir "tomándoselo en serio y creyendo que realmente hay que abordar un reforma constitucional", ya que la Constitución, pasados los años, igual que otros textos constitucionales "no aguanta".

Para Muñoz Machado, hay que arreglar "la falta creciente de lealtad a la Constitución, la falta de crédito, la pérdida de prestigio, el que mucha gente no crea que hay que cumplirla y otros problemas singulares que necesitan ser sacudidos".

"Allá ellos", ha dicho en relación con el hecho de que el actual Gobierno no quiera reformar la Carta Magna, y ha apostado por tener una actitud reformista, ya que "la situación institucional es seria" y los inmovilistas son "suicidas".

Ha indicado que, si no se reforma, al menos habría que impulsar cambios en las leyes e, incluso, en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.

Esos cambios deberían hacerse para conseguir que el reparto de competencias entre el Estado y las comunidades sea más claro, determinar las competencias legislativas exclusivas de ambas partes, conocer cómo se articulan las leyes del Estado y las autonómicas o depurar el ordenamiento jurídico de muchas normas "que le sobran".

Reorganizar las administraciones públicas o hacer que el Tribunal Constitucional funcione como verdadero garante del sistema y que resuelva con rapidez son otras de las modificaciones que plantea.

Muñoz Machado apuesta, no obstante, por mantener el sistema autonómico y hacerlo viable en el futuro, corrigiendo los defectos que ahora tiene.

También es partidario de modificar el modelo de financiación autonómica, para que sea más consensuado y estable e, incluso, de trasladar a la Constitución más reglas de financiación y que no dependa tanto de la legislación ordinaria.

Ha afirmado que hay "una cuenta urgente que hacer", ya que algunas comunidades creen que están "sobrepagando los servicios de los demás".

"Esa cuenta que ha hecho Cataluña -ha añadido- hay que responderla desde el Estado, confirmándola o rechazándola, porque lo que no puede ser es que una reclamación de una región tan importante de que el resto de los españoles les debemos dinero no tenga una contestación seria".

Sobre esta cuestión ha pedido algo más que opiniones, quiere "una posición institucional del Gobierno central y que diga a los españoles cual es la verdad verdadera apoyada por datos económicos serios y oficiales".

Tras asegurar que no se puede exportar el concierto económico vasco al resto de las autonomías porque sería inconstitucional, ha calificado de "disparate" su generalización porque "no hay estado federal en el mundo que se organice sobre el sistema de concierto, ni que pueda sobrevivir con un modelo de financiación de ese tipo".

"Las comunidades podrían estar más satisfechas, pero el Estado desaparecería", ha aseverado.

Muñoz Machado, autor de numerosos libros sobre la organización del Estado, se ha mostrado "completamente contrario" a la recentralización de competencias, aunque es partidario de definir el contenido de las atribuciones y poner en la Constitución "de modo más claro" las atribuciones del poder legislativo exclusivo del Estado.

A su juicio, en la actualidad "gracias a una pésima jurisprudencia" del TC no se conoce "el alcance" de una competencia legislativa cuando es exclusiva porque el Estado legisla y también las comunidades autónomas, lo que provoca "una confusión de legislación que es muy difícil de gestionar y administrar".

En cuanto al federalismo, ha indicado que es muy similar al Estado que tenemos y no cree que fuera a producir cambios sustanciales, por lo que se ha preguntado si merece "el esfuerzo" de un cambio constitucional.

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