Nadal no quiere que Fish le sorprenda de nuevo

Lleva días adaptándose a la moqueta azul del O2 Arena y su condición física no le preocupa. Rafael Nadal afronta la Copa de Maestros, último reto individual del año, con la intención de recuperarse mentalmente de un final de año complicado, lleno de dudas tras el varapalo de la final del US Open, el enésimo partido perdido frente al intratable Novak Djokovic.

Y lo hace frente al último tenista que consiguió plaza para el Masters de Londres y el único que no le había ganado... Hasta hace unos meses. Mardy Fish representará al tenis americano, en un año aciago para su amigo Andy Roddick, con el que compartió equipo de tenis y de baloncesto en sus años de instituto. Para el de Minnesota, en cambio, la temporada ha sido fantástica. Subió por fin al Top 10 y siendo número 7 del mundo, su techo máximo en el circuito, consiguió por fin noquear a Nadal.

En plena gira americana, la derecha plana de Fish sometió a Nadal, incapaz por momentos de aguantar los peloteos. Mentalmente bloqueado en el primer set, los golpes ganadores se le escapaban fuera de la pista. Todo lo contrario que al americano, en una nube, diestro en el saque y volea y mortífero cuando el balear dejaba pelotas a mitad de la pista. Seis partidos, seis derrotas después, en Cincinnati por fin conseguía ganar al número dos del mundo.

Esos partidos duelen pero hacen reflexionar. Nadal descansó, pulió su derecha y se plantó una vez más en la final del US Open. Sin embargo, chocó de nuevo con Novak Djokovic y volvió a perder. Días más tarde se reencontró con Fish, esta vez en Tokyo, y ganó con comodidad (7-5 y 6-1). Al round robin, la fase de grupos del trofeo londinenese, llegarán con un 7-1 favorable al español en los cara a cara.

Nadal y su equipo técnico decidieron darse un descanso y el español se perdió por segundo año consecutivo el Masters de París – Bercy. La gira asiática -finalista en Tokyo y eliminado en octavos de final en Shanghái por Florian Meyer- es ya agua pasada. Desde este domingo, el número dos del mundo afronta un torneo que, tras casi una década en la élite del tenis mundial, aún no ha conquistado.