Narcocorridos, pasaporte para la muerte

  • El asesinato de Sergio Vega es el último de una larga serie de crímenes contra cantantes mexicanos relacionados con el mundo de los narcocorridos. Comprometerse a ensalzar las 'gestas' de los narcotraficantes puede ser como firmar una sentencia de muerte.
lainformacion.com

Sergio Vega es la última víctima de una oleada de crímenes que se ha llevado por delante la vida de muchos cantantes mexicanos.

Todos ellos estaban relacionados de alguna manera con el narcocorrido, una especie de subgénero musical muy popular cuyas letras exaltan la vida o acciones de algún narcotraficante del país centroamericano.

El Gobierno de Felipe Calderón, que con el narcotráfico tiene uno de sus más grandes problemas para combatir, lucha activamente por detener el reguero de crímenes que asola al país debido al narcotráfico. Los asesinatos de cantantes son una parte más de esta guerra contra las drogas.

Como la influencia de los narcocorridos es grande en la vida del país, el Ejecutivo ha prohibido la difusión de estas canciones por las radiofórmulas, muy probablemente por el ensalzamiento de las 'hazañas' de los narcotraficantes, para que estas no calen entre la población del país.

Cronología de unos crímenes

Desde 2006, los asesinatos de cantantes se han convertido en una constante en el país. Son pocos (seis en cuatro años), pero muchos parecen estar amenazados.

En agosto de ese mismo año, Trigo Figueroa murió de un disparo en la cabeza después de un concierto de su padre, el también cantante Joan Sebastián. Valentín Ilezalde murió en noviembre de ese mismo año después de cantar en territorio enemigo unos temas sobre el grupo de narcos que lo defendía.

En junio de 2007, el cantante Sergio Gómez, líder del grupo K-Paz de la Sierra, fue secuestrado; después de que le quemaran los testículos, fue estrangulado. Llevaba recibiendo amenazas desde hacía un año, pero no parecían afectarle.

Días antes de la muerte de Gómez, la cantante Zayda Peña recibía un tiro en la espalda mientras estaba en un motel. Consiguió sobrevivir y ser trasladada a un motel, pero allí un sicario la remató. Muchas veces es difícil concluir si el crimen se debe a un ajuste de cuentas o a un crimen pasional, como sucedió en el caso de Peña.

La utilidad de los narcocorridos

En una entrevista para El País, Elijah Wald, especialista en este tipo de música, afirmaba que la relación entre músicos y narcos es "muy estrecha" y que los cantantes desconocidos buscan su ayuda para hacerse un hueco en el mundo de la música.

Además, está relación tiene un beneficio recíproco: Wald afirma que lo que buscan los narcos con la ayuda a estos compositores e intérpretes es "tener reputación a través de la música" (quieren tener corridos que hablen de ellos) y, por supuesto, gente para "amenizar sus fiestas". Así, identificarse con un determinado grupo de narcotraficantes a través de las letras de los narcocorridos puede ser un salvoconducto para la muerte.

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