Navarro y los críticos aparcan sus diferencias pero la división sigue latente

  • El primer secretario del PSC, Pere Navarro, y el sector del partido más catalanista y crítico con su dirección han decidido aparcar sus diferencias para no perjudicar un socialismo catalán que pasa por su peor momento, aunque ambos admiten que la división interna sigue latente.

Barcelona, 2 feb.- El primer secretario del PSC, Pere Navarro, y el sector del partido más catalanista y crítico con su dirección han decidido aparcar sus diferencias para no perjudicar un socialismo catalán que pasa por su peor momento, aunque ambos admiten que la división interna sigue latente.

El Consell Nacional extraordinario con el que el PSC ha querido iniciar hoy su refundación, después del ciclo electoral más adverso de su historia, ha transcurrido con más calma de la prevista, después de la sonora polémica por la declaración de soberanía y la ejecutiva del pasado lunes, donde se vivió un agrio debate.

Sin embargo, dirección y críticos se han emplazado hoy a superar el episodio de hace diez días, cuando cinco diputados -entre ellos destacados miembros de la cúpula del partido- rompieron la disciplina de voto y se negaron a votar contra la declaración de soberanía impulsada por CiU, ERC e ICV-EUiA en el Parlament.

En su discurso ante el Consell, Pere Navarro ha instado al sector crítico a "pasar página", como hará él mismo, mientras le ha pedido "no seguir el juego" a CiU y ERC en su "engañoso" proceso soberanista.

"Nos hemos dicho tantas cosas que qué nos íbamos a decir ahora", comentaban a la prensa fuentes de la Ejecutiva después del Consell, que ha durado cuatro horas, y ha servido al menos para que dirección y críticos constaten su acuerdo en un aspecto: la división interna del PSC beneficia a sus adversarios políticos y "muchos desean que el PSC se rompa", como ha dicho el propio Navarro en su discurso inicial.

Como Navarro, el secretario de Acción Política, Antoni Balmón, también ha tenido una intervención conciliadora llamando a "pasar página" de lo ocurrido en el Parlament para concentrarse en devolver al socialismo catalán a la centralidad política y aspirar a ser de nuevo alternativa de gobierno.

De los diputados que rompieron la disciplina de voto, han intervenido Àngel Ros, Joan Ignasi Elena y Núria Ventura, quienes han vuelto a defender que actuaron así por respeto a la pluralidad del partido y sus bases, sobre todo en las federaciones de fuera de Barcelona y su área metropolitana, de posturas más catalanistas.

Fuentes de este sector crítico han explicado a los periodistas que antes del verano el PSC debe resolver la división sobre el derecho a la autodeterminación y el proceso soberanista iniciado por CiU y ERC, de manera que piden a la dirección que "cumpla" con "la retórica" que ha expuesto en el Consell Nacional.

Este sector admite que es una "minoría orgánica" dentro del partido, pero se reivindica como representante de una "mayoría social", por lo que piden a la dirección de Navarro que asuma sus tesis para que el socialismo catalán "deje de hacerse cada vez más minoritario".

Sin embargo, desde la dirección subrayan que el PSC debe ser autónomo del PSOE pero también del discurso que quieren "imponer" CiU y ERC en Cataluña, y así lo ha expresado también Navarro en su discurso inicial, al pedir a sus críticos que "no le hagan el juego" a nacionalistas y republicanos.

"Nosotros no votamos contra del derecho a decidir sino contra una declaración de soberanía irreal, falsa y tramposa. La soberanía puede ser la consecuencia del referendo pero nunca al revés, si Cataluña es soberana desde el miércoles pasado, ¿Por qué no se ha convocado el referendo?, ¿Por qué tiene que participar el PSC en una farsa y contribuir a engañar a la gente?, yo no lo haré", ha dicho.

El PSC, aunque está inmerso en una de las divisiones internas más hondas de su historia, ha votado hoy por unanimidad un documento político para refundar el partido de cara a las elecciones municipales de 2014, que establece un calendario de convenciones políticas y que ya fue presentado después de la ejecutiva del pasado lunes.

De este modo, dirección y críticos aparcan sus diferencias para evitar que las polémicas internas perjudiquen al partido, pero fuentes de ambos sectores admiten que la división de posturas sobre el debate soberanista sigue latente y pendiente de resolver en los próximos meses.

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