Ni rastro de los Hermanos Musulmanes dos años después de arrasar en las urnas

  • Después de arrasar en las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2011 y 2012, los Hermanos Musulmanes han desaparecido del mapa político en Egipto, arrastrados hacia una nueva clandestinidad tras el derrocamiento del islamista Mohamed Mursi.

Belén Delgado

El Cairo, 21 may.- Después de arrasar en las elecciones parlamentarias y presidenciales de 2011 y 2012, los Hermanos Musulmanes han desaparecido del mapa político en Egipto, arrastrados hacia una nueva clandestinidad tras el derrocamiento del islamista Mohamed Mursi.

La cofradía y sus grupos afines han llamado al boicot de las elecciones de los próximos días 26 y 27 para elegir a un nuevo mandatario, pues consideran que Mursi sigue siendo el legítimo jefe de Estado.

Se niegan a reconocer un proceso de transición que -insisten- comenzó con el golpe de Estado del pasado 3 de julio perpetrado por el Ejército contra Mursi, el primer presidente elegido en democracia desde que se constituyó la República egipcia en 1952.

Un portavoz de los Hermanos que prefiere guardar el anonimato señala a Efe que los próximos comicios "no son democráticos", sino "la fachada de un golpe militar claro y brutal".

"No se dan las condiciones necesarias, el Ejército está participando en política, el Gobierno apoya a (el exministro de Defensa Abdelfatah) al Sisi, no hay pluralidad informativa, islamistas moderados están en la cárcel y otros opositores han huido del país", argumenta el portavoz.

Los islamistas ya rechazaron participar en el referéndum sobre la nueva Constitución el pasado enero y han mantenido las protestas en las calles, aunque de manera cada vez más testimonial.

No lo tienen fácil, con las fuerzas de seguridad pisándoles los talones y muchos de sus líderes y miembros en prisión acusados de terrorismo y otros delitos.

Ese escenario era inimaginable apenas hace dos años, cuando la Hermandad llegó al poder en medio de una gran expectación por el futuro de un país que un año antes había vivido una revolución contra el régimen de Hosni Mubarak (1981-2011).

En esa transición capitaneada por la Junta Militar, el Partido Libertad y Justicia (brazo político de los Hermanos) logró casi la mitad de los escaños de la Cámara baja del Parlamento, donde contó con el apoyo de los salafistas (ultraconservadores), la segunda fuerza más votada.

La cofradía no se conformó con esa aplastante victoria en las legislativas, sino que decidió aspirar a la Presidencia, que alcanzó con la ajustada victoria de Mursi en segunda vuelta frente al último primer ministro de Mubarak, Ahmed Shafiq.

Hoy, con el poder de los Hermanos Musulmanes neutralizado, no hay rastro del debate sobre la influencia del islám político que tanto marcó los anteriores comicios.

Si aquellas elecciones fueron al final una especie de plebiscito sobre la vuelta al anterior régimen o el dominio islamista, parece que las próximas ratificarán el papel preponderante de los militares en Egipto.

"No habrá en Egipto algo llamado Hermanos Musulmanes", dijo Al Sisi en la primera de sus contadas entrevistas con los medios egipcios, añadiendo que estos "han hecho perder el equilibrio en los últimos cuarenta años a la sociedad egipcia por su manera de entender la religión".

La Hermandad, fundada en 1928 por Hasan el Banna y con una extensa red social, se acostumbró a trabajar en la clandestinidad durante seis décadas tras ser ilegalizada en 1954 por el entonces presidente Gamal Abdel Naser.

La cofradía -declarada en diciembre pasado "grupo terrorista" por las autoridades interinas- está viviendo ahora su "peor" represión, según el portavoz islamista, que recuerda a los cientos de seguidores muertos en los últimos meses.

"Los Hermanos Musulmanes representan una idea y no se esfumarán. Están intentando revivir el proceso democrático de forma pacífica, pero Al Sisi no lo tolerará", afirma el islamista. Una demostración más de que la tradicional lucha de poder entre militares e islamistas podría seguir más allá de las elecciones.

Mostrar comentarios