Occidente debe aceptar resultados de primavera árabe dice excanciller israelí

  • El exministro de exteriores de Israel Shlomo Ben-Ami consideró hoy que Occidente debe aceptar el éxito de los islamistas en Medio Oriente tras la "primavera árabe" como irremediable y confiar en que el ejercicio de la democracia permita diluir el papel de la religión en sus planteamientos.

Montevideo, 6 dic.- El exministro de exteriores de Israel Shlomo Ben-Ami consideró hoy que Occidente debe aceptar el éxito de los islamistas en Medio Oriente tras la "primavera árabe" como irremediable y confiar en que el ejercicio de la democracia permita diluir el papel de la religión en sus planteamientos.

El excanciller se expresó así en Montevideo durante una conferencia titulada "Las encrucijadas del Medio Oriente y sus consecuencias globales", en la que también pidió al gobierno de Israel que evite "recluirse en el búnker" y busque el diálogo para afrontar el nuevo escenario planteado en la región.

"No es bueno mantener posturas conservadoras en tiempo de cambio", razonó Ben-Ami durante un pormenorizado análisis de la situación en la conflictiva región de Medio Oriente.

Para el diplomático e historiador, el desarrollo de la "primavera árabe" constituirá "el gran torneo" de la geopolítica del siglo XXI y no tendrá "una explicación lineal", además de ser "tortuoso" y estar marcado por la "confusión", si bien se mostró ilusionado en que ese camino discurra hacia la democracia y la libertad.

En ese sentido, Ben-Ami consideró que el mundo árabe llega tarde a la democracia porque en Occidente se creó la dicotomía entre mantener dictadores laicos en el poder o dejar que los islamistas ganen en democracia.

"El paradigma que frenó a Occidente no fue incorrecto, la única alternativa a esos dictadores es el Islam político. Pero ahora no tienen otra alternativa porque las masas han salido a la calle y empieza a entender que no puede apoyar a unos líderes contra sus pueblos", indicó Ben Ami.

Así, el veterano político no se mostró para nada sorprendido por los resultados obtenidos por los islamistas en Túnez, Marruecos o Egipto, ya que obedecen a la "realidad sociológica" de dichos pueblos, marcados por la falta de educación y por una situación política que hacía de las mezquitas los únicos lugares donde los ciudadanos podían expresar su insatisfacción.

Sin embargo, Ben-Ami señaló que la entrada de los islamistas a la política permite vislumbrar un espacio para la negociación, algo que podría decirse incluso de movimientos como Hamas en Palestina pese a que muchos los consideren como grupos terroristas.

El excanciller aventuró entonces que aislar y dejar caer en el ostracismo a estos grupos políticos "no se tendrá el efecto esperado" y que lo mejor sería "dialogar", ya que Occidente no puede ya imponer "su democracia" en la región.

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