Ocho mujeres liberadas en la desarticulación de una red china de explotación sexual


Ocho mujeres han sido liberadas y ocho hombres han sido detenidos, todos ellos de nacionalidad china, en la desarticulación por la Policía Nacional de una red criminal dedicada a la explotación sexual.
Según informó este jueves la Policía Nacional, los detenidos integraban una red dedicada a la captación, traslado y explotación de mujeres para el ejercicio de la prostitución en Madrid.
Las mujeres eran captadas en su país de origen, China, con falsas promesas de trabajo en España, y una vez en el país se les retiraba su documentación y las obligaban a prestar servicios sexuales contra su voluntad como medio para saldar la deuda contraída con ellos.
Con edades comprendidas entre los 20 y los 30 años de edad, las víctimas eran retenidas en diversos pisos y chalés de la región, desde donde las trasladaban a centros de ocio como kararokes, hoteles u otros domicilios para obligarlas a prostituirse.
A los detenidos se les imputan delitos de trata de seres humanos, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros y de determinación coactiva a la prostitución, entre otros.
Seis de ellos han ingresado en prisión provisional, y hay dos personas más imputadas y en paradero desconocido, integrantes de la organización, que se hallaban en China gestionando la captación y el traslado de nuevas víctimas en el momento de la desarticulación.
Una vez captadas, la red gestionaba el visado de turista para las mujeres mediante el pago de entre 10.000 y 15.000 euros.
Los investigadores han hallado indicios que apuntan a que toda esta trama contaba con la participación de funcionarios de representaciones consulares de diversos países, que daban su visto bueno a los citados visados para poder entrar en Europa.
La organización ofrecía los servicios sexuales de sus víctimas las 24 horas del día, y todas ellas eran sometidas a un control absoluto y a una férrea vigilancia, sobre todo en los traslados.
En los cinco registros domiciliarios practicados, los agentes encontraron pasaportes, anotaciones contables, y píldoras abortivas de origen chino y que los miembros de la red obligaban a tomar a las mujeres cuando se quedaban embarazadas como consecuencia de la explotación sexual a la que eran sometidas.

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