OEA acuerda seguir con debate sobre CIDH, que logra apoyo a reforma y fondos

  • Los cancilleres y representantes de estados de la OEA acordaron anoche no cerrar el debate sobre la función de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que logró, sin embargo, un respaldo a su reforma y mantuvo la potestad de recaudar fondos ajenos al organismo para sus proyectos.

Lucía Leal

Washington, 23 mar.- Los cancilleres y representantes de estados de la OEA acordaron anoche no cerrar el debate sobre la función de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que logró, sin embargo, un respaldo a su reforma y mantuvo la potestad de recaudar fondos ajenos al organismo para sus proyectos.

Las doce horas de debate en la Organización de Estados Americanos (OEA), de la que depende de forma autónoma la CIDH, se cerraron con la aprobación por unanimidad de una resolución que deja la puerta abierta a que se impulsen nuevos cambios en la Comisión, a raíz de las presiones de Ecuador, Bolivia, Venezuela y Nicaragua.

No obstante, ese texto también "toma nota" de la reforma que la CIDH aprobó esta semana para su propio reglamento -que entrará en vigor el 1 de agosto- y acepta que el órgano siga recibiendo contribuciones voluntarias "preferentemente sin fines específicos", lo que permite a la CIDH seguir buscando fondos externos a la organización y los estados miembros, como reclamaba.

"Creo que es un muy buen resultado, y si se logró por unanimidad mejor", dijo a periodistas el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, al cierre de la reunión, cuando abogó por "iniciar un periodo en que la Comisión empiece a trabajar normalmente ya y pueda aplicar las medidas que decidió adoptar en su reglamento, algo que debería bajar mucho las tensiones" en la región.

El canciller ecuatoriano, Rafael Patiño, admitió antes de apoyar la resolución que su país había "decidido ir a la votación seguro de que iba a perder", pero un intento de conciliación de Argentina y una reunión a puerta cerrada de última hora con representantes de ese país, Brasil, Uruguay y Perú le convencieron de respaldar el documento.

"Nos alegramos mucho, pensábamos hasta hace muy pocos minutos que no era posible un consenso, nosotros no íbamos a aceptar que aquí se cerrara la discusión, y nos hemos alegrado de que no se cierre", valoró Patiño a periodistas.

En un momento de la larga Asamblea General extraordinaria, Patiño amenazó con salir del Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH), formado por la CIDH y la Corte Interamericana de Derechos Humanos, si no se prolongaba el debate sobre las reformas del organismo hasta la Asamblea General Ordinaria del próximo junio en Guatemala, o hasta más adelante.

Pero al cierre de la reunión aclaró que, una vez generado el consenso, Ecuador ya no piensa en esa posibilidad. "Sentimos que nuestras propuestas fueron efectivamente recogidas en el punto final", apuntó.

Sin embargo, la resolución no refleja los puntos específicos que Ecuador y sus tres aliados buscaban impulsar: sus desacuerdos en cuanto a las medidas cautelares de la CIDH, su sede, el funcionamiento de las relatorías de ese órgano, la ratificación de todos los países de la Convención Interamericana de Derechos Humanos y la "autonomía e independencia" de la propia Comisión.

Los cuatro países plantearon esos puntos en una propuesta alternativa al comienzo de la reunión, lo que provocó que se conformara una Comisión General para analizarla que deliberó toda la jornada a puerta cerrada, con los cancilleres y representantes repartidos entre los dos salones principales de la sede de la OEA.

Las largas discusiones se encauzaron cuando al proyecto de resolución inicial se le añadió un párrafo que, en su redacción final, resuelve "mandatar al Consejo Permanente a continuar el diálogo sobre los aspectos fundamentales para el fortalecimiento del SIDH".

Ecuador, Bolivia, Venezuela y Nicaragua, apoyados por Haití, continuaron presionando para que a ese párrafo se le añadieran todos sus preocupaciones, incluido el posible cambio de sede de Washington a un país latinoamericano como Costa Rica, que Patiño señaló como una alternativa satisfactoria, o Perú, que se mostró dispuesto.

La idea del cambio de sede se basa en el argumento de que EEUU no ha ratificado la Convención Americana de Derechos Humanos, uno de los instrumentos jurídicos de la CIDH, y no es por tanto un miembro pleno de todo el sistema, aunque sí responde ante la Comisión.

Finalmente, la situación se desbloqueó cuando Argentina pidió añadir una enmienda -que fue aprobada- que dice que el debate se haga "teniendo en cuenta todos los aportes realizados por los estados, los órganos del sistema y la sociedad civil a lo largo del proceso de reflexión, así como los debates durante la presente Asamblea extraordinaria".

La resolución pide además avanzar hacia la plena ratificación de la Convención por los 34 estados miembros de la OEA, fomentar la "plena financiación" de la Comisión por parte del presupuesto regular de la organización, y pedir a la CIDH que trabaje para convertir todas sus relatorías en especiales y darles así el mismo rango que a su relatoría para la Libertad de Expresión.

La secretaria de Estado adjunta de EEUU para Latinoamérica, Roberta Jacobson, dijo a la prensa que la resolución "no es perfecta", pero permite "preservar la autonomía y la independencia de la comisión", algo que "es clave" y que "va a continuar".

Aunque la resolución no fija un plazo para que culmine el debate sobre la CIDH, Patiño indicó que pronto organizará una nueva reunión de los estados parte de la Convención, mientras que Guatemala añadió una nota al pie del documento que pide que se establezca 2015 como fecha límite para concluirlo.

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