ONG critica el grave retroceso en materia de derechos humanos en China

  • El primer año de Xi Jinping como presidente de China, 2013, ha sido el más restrictivo en términos de derechos humanos desde 2008, según un informe que publica hoy la organización Chinese Human Rights Defenders (CHRD), que también destaca el aumento del activismo civil en el país.

Pekín, 3 mar.- El primer año de Xi Jinping como presidente de China, 2013, ha sido el más restrictivo en términos de derechos humanos desde 2008, según un informe que publica hoy la organización Chinese Human Rights Defenders (CHRD), que también destaca el aumento del activismo civil en el país.

"Un año de pesadilla bajo el 'sueño chino' de Xi Jinping" es el título del documento de CHRD que, como hace anualmente, recoge opiniones y experiencias de activistas, disidentes, ciudadanos en general y las propias vivencias de los miembros de la organización durante 2013.

En el informe, un gran número de activistas coinciden en describir 2013 como el peor año para los derechos humanos desde 2008, cuando se produjo la dura campaña contra las libertades civiles previa a los Juegos Olímpicos y en respuesta a la peticiones de reforma democrática recogidas en la 'Carta 08' del disidente Liu Xiaobo.

Algunos, incluso, van más allá y consideran que Pekín ha tomado la línea más dura desde los años 90, cuando numerosos miembros del Partido Democrático Chino (PDC), la mayor fuerza opositora de entonces, fueron encarcelados.

Todos ellos basan sus opiniones en el gran número de activistas detenidos bajo "cargos criminales" en 2013, que "superó al de cualquier otro periodo de represión desde finales de los 90", y que alcanzó hasta 220 arrestos, casi tres veces más de los producidos el año anterior y con docenas de ellos a la espera de juicio, según datos de la organización.

Además, se registraron tres veces más "desapariciones forzosas" en 2013 que el año anterior, un número que superó incluso al acumulado en 2011 durante la época de la "primavera árabe", cuando el Gobierno chino lanzó una campaña para frenar cualquier levantamiento inspirado por los ocurridos en otros países.

La organización destaca algunas "nuevas tendencias" surgidas bajo el nuevo Gobierno de Xi: mayor ofensiva contra la asamblea pacífica, represión de la expresión libre en internet, aumento de la violencia física contra abogados de derechos humanos o la persecución política y opresión a las minorías étnicas.

A pesar del detrimento de los derechos humanos, CHRD destaca que éste ha ido acompañado en 2013 de un creciente e importante activismo en la sociedad civil china.

También incide en que en ese año se registró el menor número de ingresos desde su apertura en los campos de reeducación, las cárceles extrajudiciales donde se puede enviar a cualquier ciudadano sin necesidad de juicio, y finalmente se anunció el cierre de estas prisiones.

En el informe, CHRD insta a Pekín a "tomar medidas efectivas" para cumplir con garantías fundamentales, entre ellas liberar a todos los prisioneros de conciencia; detener la persecución de abogados; acabar con las conocidas como "cárceles negras" (ilegales), y garantizar la libre expresión de religión o creencia.

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