ONU celebra rechazo de amnistía a exdictador guatemalteco acusado de genocidio

  • La oficina en Guatemala del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Oacnudh) celebró este viernes el rechazo de la justicia local a la petición de amnistía hecha por el exdictador Efraín Ríos Montt, procesado por el genocidio de indígenas durante la guerra civil.

"Esta decisión es un precedente jurisprudencial trascendental para la lucha contra la impunidad de los crímenes del pasado", dijo en un comunicado el italiano Alberto Brunori, titular del ente en Guatemala.

Una Corte de Apelaciones le negó el jueves a Ríos Montt, de 89 años, un recurso para acogerse a una amnistía otorgada en 1986 a militares e insurgentes, una década antes del final del conflicto armado interno que entre 1960 y 1996 dejó 200.000 muertos o desaparecidos.

El boletín de la Oacnudh destaca que en su resolución la sala judicial dictaminó que "no se puede considerar delitos comunes o delitos comunes conexos con los políticos, a los delitos de genocidio y delitos contra los deberes de humanidad, como consecuencia no es factible el otorgamiento del beneficio de la amnistía".

La ley a la que pretendía acogerse el general retirado es una normativa que data de 1986, pero que ya no está vigente pues fue reemplazada por otra aprobada diez años después.

En esa ley de 1996, denominada de Reconciliación Nacional, quedó establecido que quedan excluidos de la amnistía los delitos de genocidio, tortura y desaparición forzada.

Ríos Montt enfrenta cargos por la matanza de 1.771 indígenas mayas ixiles del norte de Guatemala, perpetrada durante su régimen, entre 1982 y 1983, considerado el más sangriento de la guerra civil guatemalteca de 36 años.

El 10 de mayo de 2013, tras varios meses de audiencias, un tribunal encontró a Ríos Montt culpable de genocidio y lo condenó a 80 años de prisión, pero la sentencia fue anulada diez días más tarde por la Corte de Constitucionalidad debido a errores procesales, alegados por la defensa.

El exdictador, quien fue diagnosticado con demencia en agosto pasado, se libró de un nuevo juicio ordinario por genocidio y en su lugar enfrentará -ausente y representado por sus abogados- un proceso especial que, de ser hallado culpable, no conlleva prisión.

El tribunal que atiende el caso fijó el nuevo juicio para el 11 de enero de 2016 a puerta cerrada, sin prensa y con la presencia de familiares de víctimas.

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