Operativos militares dificultan una salida pacífica al conflicto colombiano

  • El despliegue de operativos militares como el desarrollado el sábado en Colombia, en cuyo marco aparecieron muertos con tiros de gracia cuatro secuestrados por las FARC, dificulta una salida pacífica al conflicto armado, según consideraron varios analistas consultados por Efe.

Ana Gómez Parra

Bogotá, 28 nov.- El despliegue de operativos militares como el desarrollado el sábado en Colombia, en cuyo marco aparecieron muertos con tiros de gracia cuatro secuestrados por las FARC, dificulta una salida pacífica al conflicto armado, según consideraron varios analistas consultados por Efe.

Aunque el Gobierno colombiano parte "del principio de que tiene la capacidad para hacer rescates militares, en gran parte de la sociedad estos generan cierta desconfianza", expuso el coordinador del Observatorio de Conflicto de la Corporación Nuevo Arco Iris, Ariel Ávila.

La semana pasada el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, reiteró su disposición a establecer un diálogo condicionado con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), al tiempo que anunció una nueva estrategia militar para acabar con "los violentos" que haría pública durante el fin de semana.

Pero el sábado irrumpió la noticia de la muerte de tres policías y un militar durante unas tareas de patrullaje en una zona rural del municipio de Solano, en el selvático y sureño departamento del Caquetá, admitió en una declaración pública el ministro colombiano de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

Según aclaró una alta fuente militar al diario colombiano El Tiempo, "fue un choque accidental entre hombres de las Fuerzas Especiales que exploraban la zona y un grupo de la guerrilla".

La fuente explicó que "un rescate sólo se lleva a cabo cuando ya hay un cerco humanitario de la fuerza pública, y eso no pasó. Ni siquiera habían ubicado el campamento" en el que había casi medio centenar de guerrilleros, de acuerdo con las declaraciones preliminares de una subversiva detenida durante el operativo.

Después de estos combates los uniformados hallaron los cuerpos de cuatro secuestrados que eran miembros del Ejército y de la Policía y de los cuales tres presentaban impactos de bala en la cabeza, mientras el otro registraba disparos en la espalda.

"Para mí es claro que operaciones militares que se realizan en condiciones como las del conflicto armado colombiano tienen una alta dosis de probabilidad de terminar en situaciones como la que tristemente constatamos" el sábado, opinó el portavoz de la Comisión de Paz de la Cámara de Representantes de Colombia, Iván Cepeda.

Además, según Cepeda, "es claro que este tipo de acciones dificulta y entorpece cualquier esfuerzo no solamente por la paz, sino por la liberación de las personas que tiene en su poder la guerrilla".

En cuanto a la voluntad del presidente de encarar un diálogo formal con grupos guerrilleros, Ávila abundó en la idea de que "en la agenda de Santos no está negociar", pues "el modelo de paz del Gobierno es la presión militar y aspira a que las FARC estén desarticuladas".

El director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), el analista Jorge Restrepo, recordó que el Ejecutivo colombiano "nunca ha dicho que va a estructurar una salida de paz. Sólo menciona que podría existir alguna salida y lo condiciona a pasos que en las actuales circunstancias son imposibles".

Sin embargo, para Ávila cabe la posibilidad de que Santos convocara una mesa de diálogo durante su segundo año de Gobierno, pues el primero, el tercero y el quinto son electorales.

"Habrá que esperar las reacciones de la guerrilla", consideró Cepeda, al recordar que el incidente en Caquetá podría haber frustrado la intención de una próxima liberación de seis secuestrados, según lo dejaron saber recientemente las FARC en una carta enviada a un grupo de mujeres activistas de renombre internacional.

Este colectivo, liderado por Piedad Córdoba, exsenadora liberal y mediadora ante la guerrilla más antigua de Colombia para la liberación unilateral de una decena de rehenes, hizo público el contenido de la misiva después de que se conocieran las cuatro muertes de los uniformados.

"Sin lugar a dudas estamos en un escenario que hace más complejas estas gestiones", valoró Cepeda, algo más optimista que Restrepo, para quien a la luz de anuncios falsos que la guerrilla hizo en el pasado esas intenciones de las FARC no merecen ser tomadas en cuenta.

A su juicio, "desde antes (de los hechos del pasado fin de semana) el camino de las liberaciones unilaterales estaba cerrado y el intercambio humanitario está cerrado. No existen los canales de comunicación", porque Córdoba ha dejado de serlo a ojos del Gobierno colombiano.

"De manera que creo que todavía hay once secuestrados de la fuerza pública que van a seguir en un limbo dolorosísimo", concluyó Restrepo, alejado además de un eventual intercambio humanitario.

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