Panetta ordena revisar gestión de morgue militar tras polémica pérdida restos

  • El secretario de Defensa de EE.UU., León Panetta, ha ordenado investigar la gestión de la morgue militar de Dover, al que llegan los cadáveres de los soldados muertos en Irak y Afganistán, después de que saliera a la luz el extravío y manipulación indebida de algunos restos.

Washington, 10 nov.- El secretario de Defensa de EE.UU., León Panetta, ha ordenado investigar la gestión de la morgue militar de Dover, al que llegan los cadáveres de los soldados muertos en Irak y Afganistán, después de que saliera a la luz el extravío y manipulación indebida de algunos restos.

Panetta también ha ordenado revisar si son suficientes las penas impuestas a los responsables de la manipulación de los restos sin consentimiento de las familias.

"Ninguno de nosotros estará satisfecho hasta que no hayamos demostrado a las familias de nuestros héroes caídos que hemos tomado todas las medidas posibles para proteger el honor y la dignidad que sus seres queridos merecen", dijo hoy Panetta en rueda de prensa.

Por eso, dijo que ha ordenado una revisión independiente de las operaciones actuales en Dover "para evaluar los procedimientos y los cambios que deben aplicarse", que dirigirá el vicealmirante Richard Carmona, exdirector general de Salud Pública en el Gobierno de George W. Bush, junto con un panel de expertos.

El martes salió a la luz un informe que reveló que la Fuerza Aérea realizó una investigación interna durante un año y medio, tras conocer que la morgue que recibe a los soldados muertos en Afganistán e Irak extravió partes de cadáveres en dos ocasiones en 2009 y manipuló indebidamente otros sin consultar a las familias.

Panetta señaló que "recuperar y regresar dignamente a los héroes caídos" es una de las "más sagradas" responsabilidades de su Departamento.

Se declaró "consternado" por los informes sobre la gestión del tanatorio de Dover, de los que fue informado al poco de llegar a su cargo.

El secretario señaló que en una de las primeras reuniones que tuvo en julio al asumir el cargo, el secretario de la Fuerza Aérea de EE.UU., Michael Donley, y el general Norton Schwartz, el jefe de las Fuerzas Aéreas, le informaron sobre la investigación.

En este sentido subrayó que las denuncias se tomaron en serio y que ambos estaban comprometidos con mejorar y fortalecer la gestión de esta tarea. De hecho la institución cambió su política tras el informe, para hacer obligatorio el permiso de los familiares antes de alterar los restos humanos.

No obstante, señaló que "a la luz de las preocupaciones que se plantearon" en el informe independiente que realizó la Oficina del Consejero Especial de Estados Unidos, que recibió en las últimas 48 horas, ha pedido a Donley "asegurarse de que las medidas disciplinarias adoptadas fueron apropiadas".

Un excomandante y dos oficiales fueron disciplinados como resultados de la investigación, según el Departamento de Defensa, pero no expulsados ya que la división del Ejército no consideró que hubiera "mala conducta" en el proceder de los responsables del depósito de cadáveres.

Según el Departamento de Defensa, la Fuerza Aérea ha contactado con miembros de las cuatro familias afectadas para discutir sobre el asunto personalmente.

"Desde luego, debemos disculparnos si no hemos gestionado los restos adecuadamente, como es nuestra responsabilidad, entonces debemos una disculpa a estas familias", aseguró Panetta.

Según los datos conocidos el martes, los funcionarios perdieron en total tres partes de los cuerpos de soldados muertos en combate, que no notificaron a las familias, y en otro caso, el brazo de un marine fue desmembrado con un hacha para poder colocarle el uniforme sin pedir autorización a su familia.

El informe también denuncia el envío de algunos restos humanos a Dover en "bolsas de plástico" introducidas en cajas del mismo material reutilizadas, así como un episodio en el que el tanatorio no notificó a sus empleados de que uno de los cuerpos podía estar infectado con una grave forma de tuberculosis, con lo que les expuso al posible contagio.

Desde 2003, el centro mortuorio ha recibido los restos de más de 6.300 soldados caídos en guerras, según datos del Pentágono.

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