Víctor Joel Salas Coveñas, el dueño del despacho de abogados Eurasia legal inmobiliaria, en el que fueron asesinadas de forma brutal tres personas, había sido asistente judicial en Perú y tuvo que huír del país latinoamericano a España a mediados de 2008 tras recibir amenazas.
Salas Coveñas se dio a conocer en Perú en 2005 por acusar a tres fiscales de la Corte Superior de Lima de favorecer al narcotraficante israelí Zeev Chen, amigo de la presunta ex pareja de la empresaria de origen israelí Myriam Fefer, Marco Talledo.
Chen fue condenado como si se tratara de un pequeño comercializador de droga y no como jefe de una organización de narcos, acusación que él mismo aceptó. Zeev Chen era el cabecilla de la banda La Estrella de Israel, una de las más peligrosas y activas que traficaban cocaína de Perú a Medio Oriente.
Por ello fue objeto de presiones y llamadas amenazantes de su ex jefa, la vocal Ana Espinoza Sánchez. Según el diario El Comercio de Perú, su delito fue contar la verdad.
Fefer apareció muerta por estrangulamiento en su apartamento en febrero de 2006. Cuando la Policía encontró el cadáver, los agentes hallaron también sobre una mesita varios objetos usados para prácticas de brujería y una foto del propio abogado.Protección policial
La Policía Nacional ha impuesto vigilancia con guardaespaldas durante las 24 horas del día para el abogado peruano, que terminó sus estudios en España.
Según la portavoz de la Policía madrileña, se barajan todas las hipótesis con respecto al asesinado, que tiene todos los ingredientes de un ajuste de cuentas.Un brutal asesinato
Ayer, el Samur encontró tres personas muertas en el despacho de abogados Eurasia Legal Inmobiliaria, en la calle Marcela Usera de la capital.
Los servicios de emergencias habían recibido un aviso sobre las 6.40 horas en el que se alertaba de que podría haber varios intoxicados por un incendio en un piso situado en el número 40 de la calle Marcelo Usera.
En este piso se ubicaría un despacho de abogados. Dentro, los Bomberos hallaron tres cuerpos, que en un principio se pensaba que habían fallecido asfixiados.
Sin embargo, había dos mujeres muertas, una degollada y otra víctima de un golpe en la cabeza, y un hombre con un hachazo en la cabeza.Los tres eran trabajadores de origen sudamericano
En uno de los despachos se encontraba un hombre de unos 42 años en parada cardiorrespiratoria tras haber recibido un hachazo en la cabeza, pero los sanitarios del Samur-Protección Civil le han practicado maniobras de reanimación durante media hora, pero al final solo han podido confirmar el fallecimiento.
En otro de los despachos había dos mujeres de entre 30 y 35 años, una de ellas ya fallecida tras ser degollada, y la otra en parada cardiorrespiratoria que tampoco ha podido ser reanimada. Esta última habría recibido un golpe en la cabeza, según las primeras averiguaciones.
Fuentes de la investigación indicaron a Efe que las víctimas estaban indocumentadas. Las mismas fuentes no descartan ninguna hipótesis, entre ellas un ajuste de cuentas y apuntan a que lo más probable es que primero les mataran y después provocasen un incendio para borrar las huellas.
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