Pescadores chilenos afectados por la marea roja reclaman ayuda al Estado

Pescadores de la isla de Chiloé, que han tenido que amarrar sus barcos por la marea roja, intensificaron el miércoles las protestas para reclamar ayudas estatales, ocasionando los bloqueos de carreteras millonarias pérdidas a la industria del salmón.

Cerca de un millar de pescadores artesanales y sus familias levantaron barricadas con neumáticos encendidos en las cinco rutas de ingreso vehicular a Chiloé, unos 1.032 km al sur de Santiago, una zona afectada por la presencia de la 'marea roja', producida por la proliferación de algas, que generan toxinas mortales para los mariscos.

La semana pasada, el gobierno prohibió la extracción de mariscos y decretó zona de catástrofe en varias áreas de la región, ofreciendo a unas 500 familias de pescadores afectados un bono de 100.000 pesos (unos 150 dólares), lo que consideran insuficiente.

"¿Quién vive con 100.000 pesos y una caja de víveres que nos quieren dar? Esto es una burla, una falta de respeto hacia nosotros", reclamó Zoila Bustamante, dirigente de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales, a medios locales este miércoles.

Los pescadores exigen un bono de cerca de 600 dólares, de lo contrario amenazaron con mantener la protesta.

La presidenta Michelle Bachelet afirmó que entregarán nuevas propuestas a los manifestantes, pero alertó que la demanda de los pescadores se produce en medio de una desaceleración de la economía chilena que dificulta la rápida movilización de recursos para atender la emergencia.

"No estamos en un momento de economía boyante que nos permita responder en un segundo. Sigamos buscando nuevos instrumentos y nuevos apoyos, porque sé que la situación de las familias es muy complicada, muy grave", indicó Bachelet.

Los manifestantes mantienen cortadas las rutas desde el lunes y no permiten el descenso de los vehículos que son trasladados desde el continente en barcazas, cuyo servicio también está suspendido.

La protesta dejaba ya 12 detenidos y provocó la suspensión de clases en la localidad de Ancud, junto al cierre del comercio en la isla, de unos 140.000 habitantes y cuyas autoridades temen escasez de productos debido a la situación.

La industria salmonera chilena, que produce unas 800.000 toneladas anuales e ingresos por 3.500 millones de dólares y es la segunda en relevancia detrás de Noruega, también acusó daños significativos por la protesta.

Según cálculos de la industria, los bloqueos de rutas dejaban pérdidas diarias de nueve millones de dólares, dado que en Chiloé se encuentran dos tercios de las plantas de producción, por la imposibilidad de exportar el salmón principalmente a Estados Unidos.

"Entendemos el problema de los pescadores artesanales, pero tiene que haber un arreglo porque si no se amplifica el daño", dijo Felipe Sandoval, presidente de Salmón Chile, organismo que reúne a las empresas del sector.

Los pescadores afirman que la emergencia no se debe a la marea roja, sino a una contaminación provocada como efecto del vertimiento en el mar de miles de toneladas de salmón, contaminados a inicios de año por otro florecimiento de algas nocivas.

"Está claro que esto no es un problema de la marea roja porque si bien los buques tenían que ir 150 millas mar afuera, los salmones los botaron aquí en la costa", manifestó, Jaime Assmusen, dirigente de los pescadores.

La industria del salmón respondió en un comunicado que estudios científicos descartan que el vertimiento de los salmones haya provocado la aparición de la marea roja.

El gobierno también ha desestimado la versión de los pescadores y reafirma que la marea roja, provocada por una microalga, ha causado el varamiento de mariscos, peces y ballenas en varias zonas de la costa del sur chileno.

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