Podemos se está tomando con suma prudencia la presentación del programa marco para las elecciones autonómicas del 24 de mayo. Previsto en un principio para finales de esta semana, desde la dirección del partido se ha ido dilatando una puesta en escena que, a día de hoy, no tiene fecha concreta. Sí se sabe, como ayer señaló su secretario de Política, Íñigo Errejón, que será "pronto", pero la expectativa sobre cuáles serán finalmente las propuestas que la formación "morada" ponga sobre la mesa se incrementa con la premura también de los tiempos electorales.
Errejón también quiso matizar ayer que el retraso no es resultado de posibles discrepancias internas, sino de la elaboración de la memoria económica que acompaña a las medidas y en la que, señaló, desean ser "extraordinariamente rigurosos". Ese documento se irá desgranando por capítulos: uno primero, referido al "eje de cambio de modelo productivo, innovación, riqueza y empleo", otro sobre "democracia, transparencia, corrupción y fiscalidad" y un tercero con las medidas que el partido pondrá en marcha en sus 100 primeros días de gobierno. En este caso, se espera que sea una especie de "programa de emergencia ciudadana", al estilo del que se plantó en las pasadas elecciones andaluzas, y que pasaría por priorizar todos los recursos a la garantía de los suministros básicos y la suspensión de los desahucios.
El partido trabaja con el máximo hermetismo en esos documentos y también con debates encendidos sobre algunas medidas. Es el caso de la renta básica, una propuesta que divide a dirigentes y simpatizantes.
Abandonada la idea de una renta universal, como se incluía en el programa europeo, el equipo encargado de la elaboración del programa marco trabaja en un posible encaje para esta propuesta, que permita contenta a ambas sensibilidades. Se trataría de una renta parcial por edades, que tendría como beneficiarios a jóvenes y mayores de 50 años. Por un lado, permitiría a los jóvenes un cierto respaldo económico para asumir proyectos de emprendimiento, y por otro evitaría que uno de los colectivos más desfavorecidos por el desempleo, el de más edad, cayese en una situación de vulnerabilidad. Esa es la idea con la que se trabaja.
La posibilidad de garantizar el "derecho a una renta básica para todos y cada uno de los ciudadanos por el mero hecho de serlo y como mínimo, del valor correspondiente al umbral de pobreza" está descartada. Los dirigentes han ido matizando esta medida conforme ha ido pasando el tiempo desde las europeas, y también así lo han avalado los catedráticos Vicenç Navarro y Juan Torres, en su documento "Un proyecto económico para la gente", presentado el pasado otoño y germen para el programa final del partido.
La idea que se ha ido extendiendo por la dirección es que la prioridad es garantizar la cobertura de los servicios públicos, en detrimento de un pago mensual garantizado. Podemos trata de cuantificar ahora la viabilidad económica de esta propuesta, y para ello, se ha encargado a un equipo de economistas la elaboración de un informe que cuantifique sus costes de aplicación, antes de dar luz verde a que se incluya en el programa. Se busca también armonizar las distintas rentas que las autonomías ofrecen a sus ciudadanos.
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