"China es una ferviente defensora de la ciberseguridad. También es una víctima de la piratería informática", dijo en un discurso en Seattle (oeste de EEUU) ante empresarios estadounidenses, en su primer día de visita oficial a Estados Unidos.
"El gobierno chino no se involucrará en ningún robo comercial de ningún tipo ni alentará o respaldará intentos de este tipo", añadió.
Xi, presionado por Washington para que actúe contra presuntos grupos chinos que están robando secretos e información protegida por la propiedad intelectual a compañías estadounidense a través del hackeo de sus redes informáticas, indicó que China está pronta para establecer un "mecanismo conjunto de diálogo de alto nivel" con Estados Unidos para combatir el cibercrimen.
Pero en una aparente respuesta a amenazas estadounidenses de aplicar sanciones económicas a funcionarios chinos por estas presuntas actividades de piratería informática, Xi sostuvo que el robo cibernético es un crimen que debe ser perseguido por la justicia.
"Esos robos informáticos comerciales y hackeos contra redes gubernamentales son crímenes que deben ser castigados según la ley y los tratados internacionales relevantes", aseguró.
La visita de Xi se produce en un contexto de tensiones entre los dos países debido a recientes casos de piratería informática, como el robo en junio de datos personales de millones de empleados federales estadounidenses, atribuidos a China por la prensa, aunque Pekín aseguró entonces que las acusaciones son "irresponsables y sin fundamento".
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