Preso palestino en huelga de hambre da 24 horas a Israel para resolver su caso

  • El palestino Mohamed Allan, detenido y en huelga de hambre desde hace dos meses, recuperó el conocimiento este martes y dio 24 horas a Israel para que resuelva su caso, so pena de rechazar cualquier bebida y cuidado médico.

El ultimátum aumenta aún más la presión sobre el gobierno israelí, que es consciente del riesgo de estallido violento si muere el preso, pero que no quiere ceder ante las exigencias palestinas.

Al despertar, tras varios días de coma, Allan dijo "inmediatamente" a sus médicos "que continuará en huelga de hambre hasta lograr su liberación" y que si "no se halla una solución a su caso en 24 horas, pedirá que cese todo cuidado médico y dejará de beber agua", informó la asociación que lo apoya mediante un comunicado.

Hasta el momento se había negado a recibir tratamiento médico y a ser alimentado, pero bebía agua. Si deja de hacerlo, sus días estarán contados.

Un médico del hospital de Ashkelón, donde está hospitalizado el palestino, había indicado el lunes que este probablemente no sobreviviría si retomaba la huelga de hambre tras salir del coma.

Allan, un abogado de 31 años al que la Yihad Islámica -movimiento considerado "terrorista" por Israel- presenta como uno de sus miembros, fue detenido el pasado mes de noviembre, y comenzó una huelga de hambre el 18 de junio para denunciar la renovación de su detención administrativa.

Esta figura permite a las autoridades israelíes detener a palestinos por un periodo de seis meses, renovable, sin necesidad de una acusación legal.

La suerte de este abogado ha movilizado a la opinión pública palestina y ha incrementado las presiones internacionales sobre las condiciones carcelarias en Israel.

El caso se ha convertido en un rompecabezas de difícil solución para Israel, que teme que su muerte avive aún más las tensiones entre palestinos e israelíes. La Yihad Islámica ya ha advertido que si muere Allan considerará rota la tregua vigente con Israel.

Liberar al palestino para evitar una nueva escalada de violencia podría ser interpretado, según el gobierno israelí, como una cesión ante las exigencias de los prisioneros palestinos.

Para evitar que la muerte de Allan provocara una nueva crisis en los territorios ocupados, el Parlamento israelí aprobó una ley a finales de julio que permite alimentar a la fuerza a un huelguista de hambre.

El gobierno israelí podría aplicar esa nueva norma por vez primera en el caso de Allan. Pero las organizaciones de defensa de los derechos humanos critican esa práctica, que consideran cercana a la tortura. La asociación que representa a los médicos israelíes se opone a dicha opción.

En un intento de encontrar una solución, el gobierno israelí propuso el lunes liberar a Allan si aceptaba exiliarse durante cuatro años. Su abogado rechazó categóricamente esa propuesta.

Al despertar, Allan rechazó cualquier tipo de perfusión, indicó el Club de prisioneros. Pero "tras ciertas explicaciones detalladas sobre su situación médica, aceptó tomar algunos complementos durante 24 horas, hasta que se halle una solución para su caso", añadió la asociación.

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