Eslovaquia tiene cita con las urnas el próximo sábado 5 de marzo. El socialdemócrata Robert Fico se postula para su reelección, utilizando un discurso xenófobo, homófobo, antimusulmán y populista. Pese a los escándalos de corrupción en los que se ha visto envuelto junto con su familia y el desgaste de su imagen pública, es el máximo favorito. Ya gobernó el país entre 2006 y 2010.
Robert Fico tiene 51 años de edad y fundó el Partido Socialdemócrata SMER en 1999, después de haber pertenecido al Partido Comunista Checoslovaco (KSC) y a la Izquierda Democrática (SDL). Actualmente es el primer ministro en funciones, a expensas de las próximas elecciones del sábado día 5 de marzo. Fico ha intentado centrar el debate político nacional en torno a las políticas migratorias y las cuotas de asilo, pese a las grandes deficiencias en los sectores de sanidad y educación, así como los problemas de corrupción.
"Los ciudadanos eslovacos y su seguridad tienen prioridad frente a los derechos de los inmigrantes", "el multiculturalismo en Europa ha fallado" o su pretensión de "poner bajo lupa a cada musulmán de Eslovaquia" son varias de las frases que le han encumbrado como un líder xenófobo y populista. Son varias las ocasiones en las que ha atacado el matrimonio entre personas del mismo sexo y no se ha privado de utilizar los atentados de París o las agresiones sexuales de Colonia para desprestigiar e insultar a la comunidad musulmana.
El SMER-SD cuenta actualmente con una mayoría en el parlamento de 87 escaños sobre los 150 totales, aunque los analistas consideran que podría obtener sólo entre 65 y 70 diputados en los próximos comicios. Por lo que Fico se vería obligado a volver a formar un gobierno de coalición, como ya hizo en 2006, donde obtuvieron 50 escaños y se aliaron con el Partido Nacional Eslovaco (SNS) --un partido de derecha ultranacionalista, que obtendría un 10% de la representación, y que promueve valores anti Unión Europea y antigitanos--.
En Eslovaquia hay 22 partidos políticos, y también podrían ser posibles apoyos para el SMER el Most-Hid, cercano a la minoría húngara, el Siet, de corte centrista, y el KDH, un partido democristiano. El SMER ya fue expulsado del Partido Socialista Europeo debido a su alianza con los ultranacionalistas, y ahora también disgusta a gran parte de la élite política europea debido a su negativa hacia las tasas de asilo de migrantes que ha propuesto la Unión Europea.
El Ejecutivo eslovaco ya recurrió ante el Consejo de la UE los planes del programa de cuotas obligatorias de asilo de migrantes, con los que se pretendía dar cobijo a más de 160.000 refugiados y desplazados. A Eslovaquia le correspondería incorporar a 2.300 migrantes, pero los últimos datos reflejan que sólo se han aceptado 260 --todos pertenecientes a minorías cristianas de Irak--. El gobierno eslovaco llegó a prometer ayudas a Bulgaria y a Macedonia para cerrar la frontera con Grecia.
Eslovaquia asumirá la presidencia comunitaria de turno en julio, en un momento en que la situación interna del país está muy convulsa. Pese al descenso de la tasa de paro --de un 14% a un 10%-- y el crecimiento del 4% de la economía y del 3,5% de la población en 2015, la cúpula política se ha visto envuelta en varios casos de corrupción y las quejas y manifestaciones de los sectores descontentos con las reformas en sanidad y educación han dado un vuelco a la campaña electoral; pese a que algunas figuras políticas sólo quieran centrar el debate en las políticas migratorias.
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