"Psicosis" o el politono de "los mercados"

Eva Santos

Madrid, 24 ago.- Alfredo Pérez Rubalcaba le ha puesto hoy banda sonora a eso que se conoce como "los mercados" y a los sustos a los que nos tienen acostumbrados en los últimos tiempos. Nada mejor, a su juicio, que la música chirriante de "Psicosis".

Y es que estaba el candidato del PSOE para las elecciones del 20-N reunido con más de medio centenar de ciudadanos anónimos, hablando de familia y empleo y de la situación económica y los mercados, cuando ha sonado un teléfono móvil de uno de los asistentes con una melodía inconfundible, el de la mítica película de Alfred Hitchcock protagonizada por Anthony Perkins.

Rubalcaba no lo ha dudado ni un segundo: "Ya están ahí llamando los mercados", ha dicho, entre las risas de los presentes.

Era la primera entrega de la experiencia que en el PSOE han denominado "Diálogos con Rubalcaba", consistente en reunir a medio centenar de personas -seleccionadas por una empresa demoscópica- para hablar de tú a tú con el candidato socialista, sin intermediarios ni cortapisas.

Para este primer encuentro se había elegido el tema de familia y empleo, y sobre ello han girado la mayor parte de las intervenciones de los 61 asistentes -ha fallado uno de los 62 seleccionados-, llegados de todas las provincias españolas y cuyo único denominador común es tener al menos un hijo menor de 15 años.

Bomberos, periodistas, administrativos, enfermeros, parados, empresarios, ingenieros.... Durante casi tres horas, todos ellos han podido explicar sus experiencias personales, intercambiar historias, hacer preguntas, formular sugerencias e incluso trasladar a Rubalcaba alguna que otra queja.

Por ejemplo, una delegada sindical le ha reprochado la reforma laboral aprobada por el Gobierno socialista y la propuesta de alargar la duración de los contratos temporales.

No obstante, de lo que más se ha hablado ha sido de conciliación y de las dificultades que encuentran las madres y padres para combinar el cuidado de sus hijos, las tareas del hogar y su actividad profesional.

Propuestas como la de flexibilizar los horarios laborales han estado en boca de todos, incluso del propio Rubalcaba, quien, sin embargo, ha advertido de la necesidad de plantear este tema con el cuidado suficiente como para que no se confunda, y menos en estos momentos de vaivenes económicos, con querer trabajar menos.

Así, se ha comprometido a encontrar fórmulas para que cale en España una cultura de horarios más racionales y a llevarlas en su programa electoral, que también contemplará otras medidas de apoyo a la conciliación, como más escuelas para niños menores de tres años o más actividades extraescolares.

Otro asunto presente en esta reunión ha sido el de las políticas sociales, ya que algunos ciudadanos se han quejado de las desigualdades entre educación o sanidad pública según se resida en una comunidad o en otra.

Rubalcaba ha dejado claro que los socialistas no impondrán el copago en ningún caso, pero ha alertado del riesgo de privatización de estos servicios básicos si es el PP el que gobierna.

"Privatizar no es sinónimo de una mejor gestión", ha señalado Rubalcaba, quien se ha mostrado partidario de consolidar la financiación de la sanidad pública y establecer un sistema estable.

Además, ha garantizado que, si gobierna, se preocupará y mucho de que se cumplan los convenios que se firman con otras administraciones y de que no se desvíe ni un euro a materias distintas.

Como profesor que fue en el pasado y ministro de Educación después, Rubalcaba ha compartido la preocupación de los padres sobre los índices de fracaso y abandono escolar.

En este punto, ha rechazado la iniciativa de la Comunidad de Madrid de crear un "bachillerato de excelencia" y ha apostado por invertir mucho más en clases de apoyo y refuerzo en colegios para gente con más dificultades.

Las bajas de maternidad y paternidad también han salido a relucir y, en este punto, Rubalcaba ha señalado que se seguirá estudiando la ampliación de las últimas cuando pase la crisis económica.

No se ha olvidado de exponer a sus asistentes su idea para que sindicatos y empresarios pacten una moderación de salarios y beneficios, ni tampoco de su propuesta de establecer un impuesto a la banca si llega a la Moncloa.

A la salida, caras de satisfacción y elogios hacia este tipo de fórmula de contacto directo con los políticos, que, según han coincidido muchos de los participantes, se ha desarrollado en un clima distendido.